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Es domingo por la mañana en el Parc de la Mar de Palma. Poco a poco, van llegando jóvenes y no tan jóvenes, hombres y mujeres desde 14 hasta casi 40 años, ‘armados’ con extraños palos, escudos y cadenas. Todo tiene un aire de batalla campal medieval. Y efectivamente, el origen de este deporte no podría ser más friki. Se basa en la película australiana La sangre de los héroes (David Webb Peoples, 1989), un raro film de culto ambientado en un mundo posapocalíptico en el que el único entretenimiento es un brutal juego cuyos violentos contendientes, denominados juggers, luchan a muerte, armados hasta los dientes, disputándose una cabeza de perro, llamada jugg, que hace las veces de pelota. Este juego pasó de la pantalla al mundo real a principios de los 90 en Alemania, cuando una serie de fans de la película decidieron ponerlo en práctica, con armas de plástico y espuma y, por supuesto, cambiando la cabeza de perro por una pelota normal.

Desde hace una década, un grupo estable de entre diez y quince personas practica en Mallorca esta disciplina asiduamente. Algunos pertenecen a Dimonis de Xaloc, el único equipo oficial que hay ahora mismo en la Isla, contendiente habitual en las competiciones nacionales de este deporte que se celebran regularmente en distintos puntos del España, donde hay en torno a un centenar de equipos. «Todavía no se ha celebrado ninguna en Mallorca, pero los compañeros de la Península nos insisten mucho en que organicemos una, preferiblemente en verano. No sé si les interesa más venir a jugar o a la playa», ironiza.

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«Descubrimos el jugger hace más de diez años en unas jornadas frikis sobre deportes alternativos y juegos de rol que se celebran en Andalucía», explica Juan José Feliu, uno de los impulsores de esta disciplina en Mallorca. «Yo tendría unos 15 años; era muy aficionado a los juegos de rol y ya había dado mis primeros pasos en el mundo del rol en vivo. En el jugger encontramos un deporte que tenía todo lo que nos gustaba: el toque medieval, el rollo friki, la estrategia, ...», recuerda. Eso sí, «al principio lo jugábamos sin sabernos bien las reglas. Es un deporte bastante complicado que se ha reglamentado muy recientemente», explica Marc Iriani, otro jugador habitual. «El jugger es un fenómeno muy nuevo, sobre todo en España. De hecho, las armas nos las fabricamos nosotros mismos, porque no hay empresas que las vendan», incide.