Frente al Consolat de Mar salta a la vista que es necesario eliminar tres chapuzas: dos baches y el cemento que han puesto en lugar de las baldosas. | Click

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El pasado día de Año Nuevo paseamos por el Passeig de Sagrera, desde Atarazanas a s’Hort del Rei. Tras sobrepasar la escultura de Rubén Darío, al ir a cruzar la calle que nos dejaba en frente de la sede de la presidencia del Govern, nos llamó la atención el bache que hay en el empedrado de la calle. Bache no muy grande, pero que se ve. ¡Y eso, como quien dice, está delante de la sede gubernamental! Vamos, que la presidenta, a nada que se asome a la balconada, sobre los cañones,    lo ve. Entonces, ¿por qué sigue ahí? Porque repararlo no debe de ser difícil, ¿no?.

Seguimos caminando, ahora por la acera central, entre los edificios y la carretera, y nos encontramos con lo siguiente: enfrente del susodicho edificio, las baldosas que faltan han sido sustituidas por cemento, lo que denota mal gusto y no tener ni idea de la estética. Más adelante, casi en frente de la Llotja, más cemento en lugar de ladrillos. ¡Horroroso!   Seguimos avanzando. Enfrente del banco de piedra, otro mar de cemento entre baldosas, algunas rotas, que si se rompen más, seguro que las sustituyen con más cemento. Y ya llegando casi a la esquina del Passeig de Sagrera con Antoni Maura, vemos otra franja de cemento en lugar de ladrillos, además de varios de estos ennegrecidos y cuarteados.

Por aquello de Año Nuevo vida nueva, o si no, porque acabamos de iniciar el llamado Año del Milagro, por lo relativamente cercanas que están las elecciones, que es cuando los políticos con mando en plaza suelen hacer obras y reformas, o prometer de lo uno y de lo otro, no estaría de más que se dieran una vuelta por ese lugar, mirando hacia el suelo… Y más cuando el alcalde de Palma, José Hila, está contando en su muro de Facebook que pronto se van a poner manos a la obra en la reforma del Passeig Marítim. Pues eso, que ¡ánimo! Porque en cualquier ciudad del mundo, y ya no hablemos de las turísticas, se darían con un canto en los diente si tuvieran un paseo como este, umbral de otro paseo, el Marítim, al que tampoco se le saca el partido que se merece, y del que otro día os hablaremos...

José Luis pasó Nochevieja y Reyes en el hospital. ¡Mucho ánimo, amigo!

Que te mejores

Desde aquí, un saludo muy cordial y lleno de buenos deseos a todas las personas que, por una causa u otra, han pasado Nochevieja y Año Nuevo como pacientes en clínicas y hospitales, igual que al personal sanitario que los está atendiendo. Y entre los pacientes, un abrazo a un amigo nuestro, y de muchos de vosotros, José Luis Ardura, que está en Son Llàtzer desde antes de Nochevieja, y que puede que se queda ahí durante un tiempo.

Nos cuenta que hace unos días lo pasó muy mal, y que de no ser por los médicos que le atienden «no lo habría contado. Pero gracias al equipo del Dr. Buades Fuster, sigo vivo y ya recuperándome. Por otra parte, entre las múltiples pruebas que me han hecho está la de la COVID-19, que ha salido negativa –nos dice–, lo cual me alegra, pues no me hubiera faltado otra que haberlo pillado» Y en cuanto a su perra, «está en buenas manos –dice–, muy bien atendida, en casa de una amiga mía».