Alicia Caneda, experta en belleza, aclara el concepto del ‘skinimalismo’.

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En busca de rutinas más simples que no dejen de lado la salud de la piel, nace el ‘skinimalismo’, una tendencia que propone reducir el uso de cosméticos sin sacrificar los resultados. Haciendo suya la máxima ‘menos es más’, el ‘skinimalismo’ genera un cambio en la forma de contemplar la belleza. Esta corriente es lo opuesto al maximalismo, la rutina dominadora. «El ‘skinimalismo’ huye de la saturación de la piel, algo que además provoca alergias, sus resultados equivalen a un liberador efecto detox», sentencia Alicia Caneda, del centro de belleza Antinea de Palma.

En esta vida acelerada, en la que el trabajo y los eventos sociales parecen exigir una sobrecarga de cosméticos para cubrir nuestras necesidades, el ‘skinimalismo’ rompe una lanza en pos de la sencillez. «No por usar más productos vamos a tener una piel más sana e hidratada», subraya la experta. Esta nueva y genuina tendencia nace de las vicisitudes del contexto en el que vivimos, una pandemia que nos ha hecho tomar conciencia de que se puede vivir con menos. Además, en cuanto a términos de salud se refiere, «cuanto más sobrelimpiamos, sobreexfoliamos y sobretratamos la piel con ingredientes activos, más fácil es dañar la barrera natural que la protege».   

En términos de maquillaje, el ‘skinimalismo’ anima a cubrir ligeramente la piel a fin de dejar que luzca tal como es. Las capas pesadas y el contouring pasan a mejor vida, al igual que las rutinas de limpieza de múltiples pasos, que se simplificarán «con productos como un gel y tónico dos en uno que limpia en profundidad y a la par tonifica». La experta avisa que no todo el mundo podrá beneficiarse de esta nueva tendencia. «Básicamente está recomendada para pieles jóvenes. Para las pieles más maduras no está tan indicada, ni tampoco está muy desarrollada. Una piel madura siempre va a necesitar un buen sérum, un contorno, una crema hidratante…». No obstante, sí que podrán «hacer un plan transitorio», remarca.

Antes de iniciar una rutina minimalista, recomendamos visitar a un experto «para que diseñe un tratamiento personalizado», recalca Caneda. Las ceramidas, el ácido hialurónico y otros agentes suaves, calmantes e hidratantes formarán siempre parte de una buena rutina, aplicada a tres frentes: limpieza, hidratación y protección. La hidratación podemos hacerla con una espuma, una emulsión, un gel, una crema o un bálsamo. Después, aplicamos una crema hidratante y, por último, protección solar.

Ahorro

El ahorro no es el único beneficio que trae consigo esta tendencia, también implica sostenibilidad, ya que a menor consumo, menos desechos. Y hay más: aceptación, querernos tal cual somos. Porque está claro que la piel perfecta no existe, así como tampoco el ideal de belleza que se muestra con descaro en las redes sociales, una visión sesgada por los filtros y retoques que suelen acompañarla. Todas las pieles tienen poros, brillos e imperfecciones. Y está bien. Por eso, el ‘skinimalismo’ no solo propone simplificarnos la vida desterrando los productos que no necesitamos, sino que también invita a ganar confianza en uno mismo/a; a aceptarse y quererse.