Toni Escanellas, luciendo tableta y amplia sonrisa. | Esteban Mercer

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Toni Escanellas, mallorquín de pro, tiene solo 25 años y toda una carrera de modelo por delante de la que ya está empezando a disfrutar. Su físico le ha abierto las puertas de la moda de par en par en un momento en que los modelos masculinos vuelven a destacar por sus rasgos más que por su falta de carácter, algo que ha ocurrido hasta hace muy poco.
Hablamos con Toni, un joven de naturaleza amable en una tarde de verano en la que no paró de subir la temperatura. Toni quiere ser bombero y no es broma.

¿Cómo llegó al difícil mundo de la moda?

–Básicamente porque me animaron otros. Hice un anuncio de McDonalds con 17 años y aluciné porque era el protagonista. Así empecé y vi que ganaba dinero, el mismo que si trabajaba un mes de cualquier otra cosa, pero trabajando solo dos o tres días, cuando me llamaban. Esto me permitía continuar con mis estudios de Geografía. Me interesa la ecología, el medio ambiente, las previsiones meteorológicas, que es lo que de verdad me gustaba desde que de niño empecé a hacer surf. Acabé la carrera hace tres años y ahora oposito para bombero.

Va a ligar un montón...

–Sí, a la gente le hace mucha gracia pero todos olvidan que todavía estoy estudiando, que todavía no lo soy. Este mes termino, estoy muy cerca ahora de las plazas esperando a que alguien suspenda para tener la mía.

¿Por qué no se ha hecho meteorólogo?

–Tiré currículums, pero en IB3 ya tenían la plaza cubierta. Otros trabajos exigen estar ocho horas sentado frente a un ordenador y yo no estoy hecho para estar todo el día haciendo mapas. Me gusta el deporte, me gustaría estar en un parque natural en contacto con la naturaleza. Soy hiperactivo, he de estar siempre haciendo algo que me obligue a mover mi cuerpo. Ser bombero me dará tiempo libre para desarrollar mis aficiones, que no son pocas.

¿Cuáles son?

–El surf desde los 11 años y el baloncesto desde los 7. Siempre lo he combinado como he podido, y por ejemplo tener novia es inviable porque no tengo tiempo para nada más. Solo entreno y estudio.

Mucha gente no entenderá que no tenga pareja…

–He tenido novia pero ahora mismo es inviable. Mucha gente me prejuzga muy pronto cuando saben que soy modelo, estudio para bombero y hago surf. En la sociedad se ven como armas para ligar, para ser estupendo y yo lo hago únicamente como un deporte o un trabajo al que me dedico al cien por cien. La moda ha sido desde los diecisiete años un trabajo ocasional y ahora ya profesional. Aun vivo con mis padres porque si no, no podría estudiar las oposiciones. Hay días de rodaje de doce horas, pero me gusta lo que hago, es muy gratificante. También he trabajado en tiendas o en bares, pero solo la moda me ha permitido poder estudiar.

¿En qué momento de su carrera está?

–En uno muy bueno porque ahora mi físico vuelve a estar muy de moda. Me han ido saliendo cosas muy buenas, y sobre todo estos dos últimos meses. Fue acabar las oposiciones y no parar de trabajar para grandes marcas. Casi todo lo que me ha salido es por mi cuenta de IG pero los trabajos buenos salen solo a través de una buena agencia. A mi me lleva Towanda Models, que tiene sede en Barcelona y aquí, que me facilita mucho el trabajo.

Tiene que aprovechar lo de producto cien por cien mallorquín…

–Sí, como Rafa Nadal. No soy nada pretencioso, soy fiel a mi manera de ser mallorquina, discreto y sobrio. La moda cada vez me interesa más, también el mundo que la rodea. Antes solo cuidaba la imagen cuando salía de noche pero desde que comencé en serio con este trabajo tiré medio armario y renové mi vestuario. Soy consciente de que he de cuidar mi imagen y que las marcas perciban algo positivo en mi.

¿Dónde quiere llegar?

–Mi objetivo real es ser bombero y supongo que el día que lo consiga la moda pasará a un segundo plano. No me pongo objetivos poco realistas, esa es la verdad. También en eso soy muy mallorquín. Sí me apetece trabajar, y hacerlo bien.

¿Qué tipo de persona le gusta?, ¿cómo se mantiene en forma?

–Odio al heterosexual gallito que va de macho. Soy hetero pero me llevo mejor con la gente del colectivo LGTB, que es mucho más abierta y divertida. Soy de siempre muy deportista así que no he de hacer esfuerzos para mantener la forma física. Mis padres son profesores de educación física así que desde siempre hemos estado todos en forma como algo natural. Cuando supe que quería ser bombero me puse con las pesas y en año y medio he subido diez kilogramos de músculo. Ahora estoy ágil y en mi peso. Lo bueno de las oposiciones de bombero es que te exigen un equilibrio físico muy saludable. Para mi el deporte no es un sacrificio, me sirve de motivación, y es mi manera de estar con amigos.

¿Qué espera de la vida?

–Me gusta vivir el día a día, vivir el momento y disfrutarlo, pensar que tras la tormenta llega la calma. Si me mandan a Dubái a trabajar, me voy contento, si he de ir a un examen, voy feliz. Hay que aprovechar las oportunidades, no quedarse con la duda. Prefiero equivocarme a no hacer lo que la vida me va regalando. No soy cerrado, he viajado mucho, porque encerrarse cierra puertas. Si te abres a la vida salen siempre cosas buenas.