El ganadero Ángel Galdón es un activo colaborador en Beneïdes y ferias. | Julián Aguirre

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Será la primera vez en 33 años que el rector de la basílica de Sant Miquel de Palma, Antoni Gómez, norealiza las Beneïdes por Sant Antoni. La decisión de suspender todas las fiestas patronales de enero adoptada por el Govern ante la pandemia afecta de lleno a esta tradición, algo que la gran mayoría de gente que cada año acudía con sus mascotas acepta con resignación.

Antoni Gómez señala que «durante los últimos once años he bendecido aquí, a las puertas de la iglesia de Sant Antoniet, a pocos metros de Sant Miquel, tras la celebración de la eucaristía» –en años anteriores lo había hecho en parroquias de la Part Forana–. Se trata de un acto religioso que, como comenta este sacerdote, «cada año va a menos en Palma porque el Ajuntament no lo incentiva. Lo ha dejado morir y la pandemia lo ha rematado. Sin embargo, en los pueblos el festejo va a más».

TONI, PARROCO DE LA BASILICA DE SANT MIQUEL.
Antoni Gómez, rector de Sant Miquel, ha bendecido a los animales 33 años.

Palomas, canarios, tortugas, conejos, iguanas, perros, gatos, etc. desfilaban para ser bendecidos por Antoni Gómez. «Un año estuve tres horas bendiciendo y terminé con el brazo dolorido», comenta entre risas, y recuerda que «entre las mascotas que más me han sorprendido yo destacaría una serpiente pitón. Era enorme». El rector destaca que «antes los comerciantes de la calle Sant Miquel hacían importantes aportaciones y la gente participaba por los premios. Ahora, por parte del Ajuntament de Palma, solo hay trabas, lo que lleva a que los caballistas, por ejemplo, no vengan porque para desfilar tienen que cambiar las herraduras a sus caballos, y eso lleva mucho lío. Será difícil reavivar esta tradición en Ciutat».

Guiem Rosselló contará con el diácono Marc Capó en la misa del domingo.
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En Son Ferriol, en cambio, año tras año acude más gente con sus mascotas para las Beneïdes de Sant Antoni. El párroco Guiem Rosselló realizará este sábado una misa especial que contará con el joven diácono Marc Capó, quien será investido sacerdote en mayo. «Será la primera vez, en cien años que existe la barriada, que haya un cura ferrioler». Rosselló destaca la labor de la Comisión de Sant Antoni de Son Ferriol, quienes este año han repartido los caparrots en los cuatro colegios para exponerlos y que los escolares más pequeños conozcan la celebración.

Una de las personas que cada año participa en las Beneïdes de Son Ferriol es el ganadero Ángel Galdón. Acude con parte de su rebaño de ovejas y corderos. «Me gusta que los niños vean los animales y por ello también acudimos a las ferias, aunque cada vez hay más problemas debido a las asociaciones animalistas». Quien por primera vez iba a llevar a Menut, un chihuahua de siete meses, es Toni Alomar. «A pesar de ello aplaudo la decisión de anular las Beneïdes. Ya habrá tiempo de celebrarlo», comenta.

PREPARANDO LAS BENEIDES.
Toni Alomar con ‘Menut’, con quien iba a ir por primera vez a las Beneïdes.

La pequeña Marta Muntaner, alumna del colegio Sant Antoni Abad de Son Ferriol, también tenía previsto llevar a Quina, una preciosa yorkshire, a las Beneïdes, tradición que desde que era niño sigue su padre, Miguel Muntaner. «Siempre hemos tenido mascota y aquí, en Son Ferriol, las Beneïdes cada vez van a más con las nuevas generaciones», comenta. Mallorca no contará mañana con las tradicionales Beneïdes. Una medida necesaria ante el aumento de contagios de COVID-19.

PREPARANDO LAS BENEIDES.
Marta Muntaner junto a ‘Quina’, una yorkshire que nunca se perdió la fiesta.