Las Salinas d’Es Trenc inician una cosecha tardía y algo inferior a la del año pasado. | Lydia E. Larrey

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El inicio de la cosecha de sal marina en las Salinas d’Es Trenc habitualmente la marca la Mare de Deu d’Agost pero, lo mismo que en la agricultura, el calendario lo dicta el clima y las lluvias abundantes no solo han retrasado la recogida, sino que también reducirán la producción, normalmente de hasta 10.000 toneladas, que esta campaña no superará las 8.000.

La actividad durante las tres semanas que se prevé que dure la cosecha es frenética, siendo la mayor enemiga la lluvia, que podría ‘diluir’ los cristales de sal que han tardado meses en formarse si llega en el momento previo a la extracción, cuando se ha vaciado de agua las balsas.

El proceso de elaboración de la sal apenas ha cambiado desde que en los años 50 del siglo pasado se estableciera la salinera en es Trenc. Si en sus inicios la alimentación de las balsas dependía de la marea, en la actualidad cuentan con una bomba que bebe directamente del mar. A partir de ahí, el agua inicia un lento peregrinaje por diferentes balsas en las que mediante la evaporación natural pasará de los 35 gramos de sal por litro hasta los cerca de 300 gramos por litro en los que cristaliza.

Las balsas de las Salinas d’Es Trenc son parada estival obligatoria de muchas aves, entre ellas los flamencos.

Integrada en una zona de salobrar, esta actividad milenaria no solo respeta el entorno, sino que también fomenta y alimenta la biodiversidad, de ahí que sea Área Natural de Especial Interés (ANEI). Aunque parezca accesorio, es precisamente el principal diferenciador de su sal marina, comercializada bajo la marca «Sa Sal», ya que, al estar en un área sin industrializar, sin presión urbanística y cuya agua ha pasado por el ‘filtro’ de las praderas de posidònia que preceden a la playa de Es Trenc, se trata de una sal limpia, con certificación ecológica, un valor que hay que añadir al de proximidad y de sostenibilidad. De hecho, además de sal para uso alimentario, con la de menor calidad, por la presencia de lodos o impurezas, se elaboran productos industriales como descalcificadores o sal para piscinas.