Alejandra está cumpliendo a rajatabla el confinamiento en su casa de Magaluf.

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Alejandra Alloza es periodista y escritora. Es firme defensora de su tierra adoptiva, Mallorca, y activista de la consigna Magaluf no es Punta Ballena. Alejandra se mueve por España en función del reto laboral: acude a Barcelona cuando tiene que colaborar con el programa Saber y Ganar, de La 2 (posiblemente el programa más longevo de todas las televisiones del país, con el presentador incluido). Pasa por Madrid para coordinar eventos para la asociación Foro España o para hablar con sus editores de Bubok, pero en su agenda está siempre la Isla, a la que regresó a principios de marzo para renovar su casa y se ha quedado a pasar el confinamiento.

El estado de alarma la sorprendió aquí. Y este parón ha detenido sus planes, como los de todos. En concreto, a ella, la promoción de su audiolibro Atrapa a una trepa (Editorial bubok.es), que pensaba arrancar en estas fechas. ¡Qué le vamos a hacer! Vendrán tiempos mejores.

¿Qué perspectivas le ofrece este nuevo reto?

—Estaba muy ilusionada porque promocionar el audiolibro prometía ser un reto imaginativo. Es disfrutar de una historia con la narración que hace la autora y el texto interpretado como en el teatro. Creo que es un plus, y más con una historia que retrata psicológicamente a un alma despiadada. Iba a dar conferencias, lecturas de algún capítulo y a formar parte de eventos creativos, pero ahora mis aliados para llegar al público son los medios de comunicación. Siempre necesarios, ahora indispensables.

Su último trabajo publicado en papel es un homenaje a Sara Montiel. El libro ‘Sara, punto y mito’, ha conseguido despertar la atención, pero también ha tenido detractores...

—Los fans de Sara son muy mitómanos, por lo que era entrar en un terreno delicado. Toda España me ha contado alguna anécdota sobre ella, y sus seguidores presumen de saber más que nadie sobre la estrella española que conquistó las Américas. Por eso, ha sido divertido escribirlo. Reflejo la mitomanía y las contradicciones y, a la vez, trato de exponer de un modo resumido lo que creo que es verdad frente a las muchas leyendas.

Ahora está concentrada en sus proyectos artísticos pero, para muchos, usted ha sido ‘la mujer del tiempo’ en Canal 24 horas e Intereconomía. ¿Lo dejó porque estaba ya cansada de ello?

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—Para nada. Además, el público mallorquín se fijaba porque intentaba no tapar el Archipiélago. Es una información especializada muy bonita y poco valorada. Pero no la he dejado, sino que he ido aceptando otros retos que me han ofrecido. En la última etapa he estado de informadora en TVE haciendo mucha calle y ha sido apasionante. Yo no desprecio nada, pero el mercado laboral está muy tocado e intoxicado. Mis orígenes laborales están aquí. Pasé por Canal 4, «donde hacía Informativos, y por el grupo Voz antes de saltar a Madrid.

¿Cómo fueron esos orígenes?

—Apasionantes porque en verano el mundo entero pasa por aquí. Mallorca se convierte en el epicentro de la información. Desde la visita de Bill Clinton a las regatas. Recuerdo haber disfrutado de ese trajín. Y durante el resto del año, las problemáticas de todo tipo fueron una auténtica escuela de periodismo. Hay un nivelón en la prensa de sucesos y un montón de actividad creativa y cultural que ayudó a que desarrollase mi gusto.

Esta temporada la hemos escuchado en ‘Saber y ganar’ como la voz del ‘sabio’. ¿De qué modo ha dado el salto al entretenimiento?

—La oportunidad me la dio el director, Sergio Schaaff, que es un maestro del medio. Juanjo Cardenal, el sabio titular y un mago de la locución, pasó por un par de operaciones. Schaaff apostó por mis reflejos e ironía porque hay que tomar decisiones muy rápido, dar por buenas las respuestas y seguir una dinámica que es como el puesto de un controlador aéreo. Espero que sigan contando conmigo para extras porque son un gran equipo. Jordi Hurtado, Pilar Vázquez, los realizadores y el equipo de redacción son como el personal de un hotel de 5 estrellas. Impecables.

¿Cómo vive el confinamiento en Mallorca?

—Como todos en cuanto a la preocupación y la angustia. Con el privilegio de que mi familia está bien y que estoy junto a mi marido viendo el mar, que mitiga muchos males. Esta semana, si no hubiese pasado esta pesadilla, iba a venir con mi grupo de teatro a escenificar Reciclando a un famoso, una obra que he escrito y dirijo con la televisiva Ania Iglesias y el comunicador Jordi Pons. Una reflexión con humor del mundo del figureo en el que vivimos… O en el que hemos vivido. Antes de que eso se produzca, sueño con ver los hoteles abiertos y la vida en las calles. España es el parque temático de la felicidad. Y volverá a serlo. Aunque hasta que eso suceda, me asusta pensar que no vamos a poder relacionarnos ni mantener la misma proximidad y libertad que antes. Pero formamos una sociedad inquieta, con recursos suficientes para que superemos estos momentos.