Un grupo de amigos, dando buena cuenta de chocolate con churros en la cafetería Artesana, cercana a la plaza de Pere Garau. | P. Pellicer

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Después de una noche, en la que, se quiera o no, se come y, sobre todo, se bebe más de lo habitual, es aconsejable darle al cuerpo algo sólido antes de acostarse y una bebida caliente. Café con leche, chocolate caliente, ensaimadas y churros se pueden convertir en grandes aliados para cuando uno se despierte y compruebe que ese desayuno le ha ayudado a que su cuerpo asimile esos excesos gastronómicos.

Cada vez resulta más difícil encontrar una cafetería abierta en la primera madrugada del año porque el esfuerzo no les resulta rentable y, al parecer, había mucha más gentefetería que salía 10 ó 15 años atrás, no como ahora. Uno de los locales abiertos fue la ca Artesana, que desde las 3 de la mañana sirvió decenas de chocolates y cafés con leche. «Al principio ha habido una gran afluencia de gente hasta las 4 de la mañana, pero después se ha producido un parón y hasta las seis hemos tenido muy poca clientela. De todas formas, no nos podemos quejar», comentaba el propietario, Juan Beltrán.

La ventaja de este local es que ellos hacen los churros. «Es difícil decir cuántos se han consumido, pero mucho más que ensaimadas y muchos más chocolates que cafés. El chocolate con churros sigue siendo el desayuno estrella del primero de año», explicaba poco antes de cerrar el local al mediodía. «Hay que descansar un poco también», añadió.