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¿Te sientes bloqueado/a, con nervios, estrés o ansiedad? ¿Últimamente te encuentras con apatía, sin ganas de hacer nada, desorientado/a, triste o con angustia? ¿Crees que los problemas te están desbordando y no sabes qué hacer? ¿Sientes miedo, malestar o preocupación constante? ¿Tienes recuerdos que te producen malestar y te siguen afectando a día de hoy? ¿Te cuesta llevar una relación positiva con tu pareja, familiares o hijos?

Si has contestado en afirmativo a alguna de las preguntas que te planteo… Ahora es el mejor momento para dejarte ayudar. Aún cuando te reconoces en alguna de estas situaciones, muchas veces cuesta dar el primer paso para cambiar y poner fin a esa situación. Hoy en día cuentas con personas especializadas que pueden ayudarte a sacar lo mejor de ti para que puedas reconducirlo.

Creas o no necesitarlo, te invito a una cita contigo misma/o. Tómate un instante para centrarte en ti, busca un lugar tranquilo que te lo facilite. Realiza 3 respiraciones profundas y muy lentas. Cierra los ojos, y si no la has soltado ya, suelta la mochila y olvídate aunque sea por un instante: que tus hijos, si es que tienes, son más importantes que tú; que tienes que ser el/la mejor y sin fallar en el trabajo o estudios; que los demás no deben verte flaquear; que tu relación de pareja, familiar, amistades… debe ser perfecta y sin sobresaltos; que no puedes cambiar tu pasado y eso condiciona tu presente y como es pasado, no puedes cambiar tu malestar.

¿Te ha resultado difícil imaginarte sin esos pensamientos? Cargar con todas esas exigencias a diario, resulta agotador, no somos perfectos, a veces, tú también necesitas ayuda. Sácale partido a tus recursos adaptativos, aprende estrategias que te pueden ayudar a mejorar, y siente amor por las cosas imperfectas que de verdad no se pueden trabajar, también lo merecen. Escucha a tu cuerpo, haz un repaso imaginario por cada parte y detente a pensar cómo se encuentra, está conectado con tus emociones, a veces tu cuerpo pide a gritos la ayuda que tu mente no es capaz de admitir y pedir. Ahora escucha tus emociones, describe cuales son las que sientes con más frecuencia y sincérate contigo mismo/a, ¿suelen ser positivas o negativas?

Admitir necesitar apoyo, no es huir, no es darte por vencido, no es admitir que has fallado, es ser responsable, honesto y práctico con tu situación. Existen técnicas psicológicas y terapias adaptadas a ti y tus necesidades, basadas en el entrenamiento para el manejo emocional, mental y comportamental, desensibilización de experiencias traumáticas, resolución de situaciones y potenciación de valores personales. Ahora es tu momento, importas tú.

*Rocío Fernández Espinosa | Psicóloga y Terapeuta EMDR | Coordinadora Salud Mental Messalut Integral | Colegiada Nº B-02346