Juan Silvela posa para el reportaje. | Jaume Morey

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¿Es posible unir y organizar a más de 1.800 personas dispuestas a hacer una batida para limpiar Mallorca a partir de un reto viral? La respuesta es si. Este logro ha sido posible gracias a Juan Silvela (es Llombards, 1989), un instructor de buceo.

Inspirado en la edición menorquina del desafío de Internet #trashchallenge –hacerse una foto en un lugar lleno de basura y retratarse de nuevo tras limpiarlo–, Silvela quiso crear algo similar en Mallorca de manera organizada. «El sábado 23 de marzo hice un grupo general y mandé el enlace de invitación a mis contactos. No esperaba que fuera a crecer tanto». Ese mismo día por la noche ya había 40 personas interesadas, y el domingo el grupo, que tiene un máximo de 256 personas, se llenó. Silvela, que cuenta con el apoyo de una amiga para la gestión, controla actualmente, cinco grupos de Whatsapp de Palma, tres de la zona de Tramuntana y dos del resto de zonas: Migjorn, Pla y Llevant, para coordinar las labores de limpieza. La gente sigue sumándose al proyecto, aunque de manera más pausada. Actualmente se puede contactar con Juan Silvela por Instagram. La iniciativa ha recibido el apoyo de ONG como el GOB, Amics de la Terra y Ondine.

Como instructor de buceo, Silvela es consciente del problema que supone el plástico en los océanos. El impulsor de esta iniciativa vivió varios años en Tailandia, y asegura que sus efectos se ven en el coral, «cómo se va degradando y muriendo», explica. «Nuestro trabajo como instructores de buceo no solo es enseñar a los alumnos a sumergirse, sino concienciar a la gente». Para ello, Silvela siempre lleva con él una bolsa de malla en sus inmersiones y va recogiendo la basura que ve en el mar, iniciativa que imitan algunos de sus alumnos.

La intención de Juan Silvela no es hacer una sola recogida. «Queremos concienciar, que no se quede en un solo acto». Por eso, con las fotos que se hagan durante la recogida tiene pensado hacer una exposición. Además, pedirá a cada grupo que guarde dos o tres trozos de plástico para hacer una escultura que muestre el problema real.

El impulsor recalca que «es importante que los participantes colaboren atendiendo a los wasaps, para agilizar el trabajo».