El encargado del restaurante Tapa Negra, Salvador Gibert, y el astro del fútbol Cristiano Ronaldo, tras la cena.

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Cristiano Ronaldo y su novia, Georgina Rodríguez, reservaron el pasado jueves mesa para dos en el restaurante Tapa Negra, situado en el Paseo Marítimo, media hora antes de llegar, a través de una llamada telefónica y sin dar los nombres verdaderos. Nada hacía suponer que se trataba del delantero del Real Madrid. A su llegada, rápidamente fueron reconocidos por algunos clientes, especialmente los españoles, pero no hubo revuelo.

Cristiano Ronaldo cogía de la mano a su novia y fueron conducidos a una mesa algo apartada, «donde normalmente come el personal. No quiso estar en otro sitio, prefería un lugar discreto», comenta Jaime, uno de los socios del restaurante al cual suelen acudir otros rostros muy conocidos como toreros o artistas, ya que el establecimiento se encuentra en los bajos del Meliá Palas Atenea.

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Les atendió el encargado, Salvador Gibert, y Paco, uno de los camareros.A la salida no tuvo inconveniente en hacerse fotografías con el personal y algunos niños que esperaron a que finalizara la cena. Dos hombres de confianza que le acompañaban esperaron en la barra. La cuenta la abonó el propio Cristiano Ronaldo en efectivo y dejó de propina casi lo mismo que lo que costó la cena.

Todos destacaron la sencillez y amabilidad del popular futbolista que este sábado, presumiblemente, abandonará la Isla tras disfrutar unos días navegando a bordo de un lujoso yate.