La Univerland de Tito's llenó el local del Passeig Marítim. | Miquel Àngel Borràs

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Pasó la Nochebuena, noche más familiar que la Nochevieja, sobre todo para los no tan jóvenes y más tradicionales, que se quedan con la familia, cenan, reciben a Papá Noel y, algunos, se van a la Misa del Gallo, y los que no, se quedan en casa hasta las tantas.

En el Marítim

Sí estuvo muy animado el Passeig Marítim, sobre todo de gente joven, esa que a lo mejor cena en casa y luego sale. Tito’s, que abrió ex profeso por Nochebuena, dio prioridad a los jóvenes montando un Univerland que la puso de gente hasta la bandera. También estuvieron muy bien Boulevard Marítimo, Pasaralla, Zar (la gente rondaba los 30 años y se vio alguna que otra pajarita), donde se formaron algunas colas para entrar; el Garito -allí a la Nochebuena la llaman Nochemejor-, con Nacho Velasco -y más gente- en los mandos, y los bares de la zona, unos más que otros, pero en general bien.

Naturalmente, la Nochebuena también se vivió en la zona de Sant Magí, Santa Catalina y Es Jonquet, donde La Demence Palma destacó, como casi siempre, por su originalidad en cuanto a la ambientación y la música.

Por supuesto, el de esta zona es otro público. No tan joven como el del Marítim, busca más los bares que las discotecas, aunque éstas no pudieron quejarse. Ya hemos dicho que La Demence funcionó, igual que Kaelum.

Nos consta también que hubo una buena Nochebuena en URBN, Lunita, que está en Can Pastilla, y en la Part Forana, La Havana Q, de Cala Millor y Farah’s, de Cala d’Or, dos clásicos de la noche, dicho sea de paso. Y, en cuanto a la vestimenta de la gente, pues puede que más de casual que otra cosa, pues el emperifollamiento lo dejan para Nochevieja.