Los españoles preferimos comer de menú y, mejor, si se trata de comida casera, según la FUCE.

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La Federación de Usuarios-Consumidores Independientes (FUCI) calcula que comer fuera de casa cuesta a cada trabajador una media de 204 euros al mes, aunque también destaca que aumenta el número de personas que prefieren llevarse la comida ya hecha a su centro de trabajo.

Según un estudio realizado por esta organización en catorce ciudades españolas para conocer los hábitos alimenticios de los consumidores en relación con su jornada laboral, seis de cada diez españoles comen fuera de casa al no tener tiempo suficiente para regresar a su hogar.

Esta situación se da sobre todo en las grandes ciudades -en Madrid (el 81% no come en casa), Barcelona (79%), Valencia (75%) y Zaragoza (70%)-, mientras que se reduce el porcentaje en las más pequeñas, como Toledo (40%), Cáceres (45%), Santander (50%) y La Rioja (50%).

El estudio, en el que se han encuestado a 2.800 personas, destaca que la mayoría de los que comen fuera optan por el menú del día, el 80 por ciento, mientras que sólo el 6 por ciento come a la carta.

Tendencia

Además, expone una tendencia creciente en las personas que se traen la comida de casa (15%).

Respecto a los precios, el coste de las comidas es superior en las ciudades grandes, con una media de 12 euros, y menor en las pequeñas, que se gastan en torno a ocho euros.

La elección de los platos depende de cada ciudad y está íntimamente ligada al clima, según el estudio, que indica que en las ciudades del norte optan por platos de cuchara, mientras que en el Levante eligen más verduras.

La mayoría de los consumidores elige restaurantes cercanos a su lugar de trabajo que disponga de menús económicos con comida casera, frente a los que optan por la llamada «comida rápida»

Respecto a la bebida elegida para acompañar las comidas, casi la mitad de los encuestados opta por el agua, y de los que prefieren consumir bebidas alcohólicas, la cerveza gana la partida al vino.

Aunque más de la mitad de los encuestados reconoce que alguna vez en su vida se han sentido engañados a la hora de comer, tan sólo un 6% asegura que ha puesto una reclamación para denunciar algún tipo de agravio.

Quejas

Entre las quejas más comunes que denota el estudio realizado por la Federación de Usuarios y Consumidores cuando los trabajadores se disponen a comer fuera de casa, se encuentran en primer lugar las facturas inadecuadas, en concreto estas quejas concentran más de la mitad del total con un 55 por ciento, seguidas por un mal servicio, protestas que agrupan el 28 por ciento de las quejas, o por la falta de higiene en el establecimiento, que llegan hasta el 13 por ciento de las reclamaciones.

Barceloneses y madrileños son los españoles que más a menudo comen fuera de casa, pese a ser las ciudades donde el menú sale más caro de media. Si la media nacional de personas que no comen en el hogar habitualmente es del 60 por ciento, la situación cambia en las grandes ciudades como Madrid y Barcelona, donde un 81 y un 79 por ciento de la población come fuera de casa, respectivamente, frente a otras localidades más pequeñas, como Toledo o Cáceres, donde el porcentaje se reduce hasta el 40 y el 45 por ciento, respectivamente.