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AGENCIAS-LONDRES Diez años después de su muerte en un trágico accidente en París, Diana de Gales recibió un sentido homenaje protagonizado por sus hijos, los príncipes Guillermo y Enrique. Los dos celebraron en honor de su su madre una emotiva ceremonia religiosa en la que el hijo pequeño del príncipe Carlos dedicó unas palabras a Diana de quien dijo que aunque todos la recuerdan por sus obras benéficas y su figura pública para ellos, «sus hijos, era la mejor madre del mundo». Al acto acudieron alrededor de 500 personas, entre las que se encontraba la Familia Real británica al completo a excepción de la actual mujer del Príncipe Carlos, Camilla, ya que, dijo, su presencia «podría distraer la atención del objetivo del acto, que está centrado en la vida y el servicio de Diana».

Hace unos meses, Guillermo y Enrique celebraron un concierto benéfico en homenaje a su madre, pero también quisieron recordarla en una ceremonia religiosa, mucho más emotiva, el mismo día en que se cumplían los 10 años de su muerte. La capilla de la Guardia Real de Su Majestad, a escasos metros del palacio de Buckingham, fue el lugar elegido por los hijos de Diana, que recibieron en la puerta del templo a todos los invitados a los que saludaron personalmente, junto con el capellán Patrick Irwin, oficiante de la ceremonia.

Para el recuerdo quedan ya las palabras que su hijo pequeño (y predilecto), el príncipe Enrique encargado de leer, con voz temblorosa por la emoción, un sentido texto, escrito por él mismo, en el que recordó la figura de la princesa de Gales. «Guillermo y yo podemos dividir nuestra vida en dos partes: los años en los que tuvimos la felicidad de disfrutar de la presencia a nuestro lado de nuestra madre y nuestro padre, y los 10 años transcurridos tras la muerte de nuestra madre», dijo Enrique y añadió, Diana «era nuestra guardiana, nuestra amiga, nuestra protectora», prosiguió, visiblemente emocionado.

«Será siempre recordada por sus obras sociales. Pero, más allá de la parafernalia de los medios de comunicación, para nosotros, sus dos hijos, era simplemente la mejor madre del mundo», resaltó el hijo menor de Diana durante su intervención ante las más de quinientas personas presentes en la capilla, que no pararon de aplaudir tras la intervención del príncipe más rebelde de Inglaterra.

Una hora después de que comenzara la ceremonia fúnebre en la Capilla de los Guardias de Wellington Barracks, en la capital británica, en los almacenes Harrods, propiedad del multimillonario Mohamed al Fayed, padre de la pareja sentimental de Diana, se guardaron dos minutos de silencio a las 11:00 hora local (dos más en la España peninsular).

Al Fayed depositó flores en el mausoleo que construyó en honor a su hijo fallecido y novio de Diana, Dodi -quien también falleció junto a ésta cuando chocó el vehículo en el que viajaban contra el túnel del puente parisino del Alma-, ante cientos de personas que se concentraron en Harrods.