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ANA MARÍA ECHEVERRIA-LONDRES Los ramos de flores volvieron al Palacio de Kensington, en Londres, donde vivió 15 años Diana de Gales, pero son tributos esporádicos, que están muy lejos de las millares de toneladas depositadas allí hace diez.

En la víspera del décimo aniversario de la muerte de Lady Di y de su pareja, Dodi al Fayed, acaecida en la madrugada del 31 de agosto, en París, había frente al palacio de Diana más periodistas y equipos de televisión que visitantes.

Algunos fieles de Diana se acercaron el jueves de mañana con paso tímido a dejar sus ramos de flores frente a las rejas del hermoso Palacio donde el viernes se celebrará un servicio religioso, distinto al que congregará a la familia real en la capilla de la Guardia real, cerca del palacio de Buckingham.

Una de las visitantes es Gaynor Thomas, que viajó desde York (noreste de Inglaterra) con su amiga, Sharon Young, que está en silla de ruedas.
«Venimos todos los años juntas, desde hace diez años, para recordar a Diana», dijo Thomas a la AFP. «Todavía la extrañamos. Dejó un inmenso vacío, que nadie ha podido llenar».

Admiradores
Las dos mujeres dijeron que el viernes asistirán al oficio en los jardines de Kensington, que ha sido organizado por varias asociaciones de admiradores de la princesa de Gales, entre ellas el Círculo de amigos de Diana y Save Diana's Memory (Rescatemos la memoria de Diana).

En el acto para recordar a Diana se iban a lanzar cien globos blancos y dos palomas de la paz. «Pero las autoridades no nos dejaron. Alegaron que ello podía perjudicar la trayectoria de los aviones que vuelan a Heathrow (el aeropuerto londinense)», dijo Young.

Las dos mujeres no ocultan su cólera hacia la familia real británica, que asistirá el viernes al mediodía a un oficio religioso que será transmitido en directo por las televisiones BBC e ITV, pero para el que no habrá pantallas gigantes en el exterior.

«Ellos quisieran que la gente olvidará a Diana. Pero eso no sucederá jamás», dijo Thomas, que no cree, como afirman algunos, que la princesa cambiara a la familia real.

«Ella trató, pero fue en vano. Una prueba es que Camilla Parker Bowles (la segunda esposa de Carlos) fue invitada a asistir a la misa en recuerdo de Diana», agregó Thomas.

«Eso demostró que en estos diez años ellos (la familia real) no han entendido nada», coincidió Young.
«A Carlos lo único que le interesa es hacer lo que él quiere, y no los sentimientos de su pueblo. Y eso le va a traer problemas en su reinado, si acaso algún día sube al trono, lo que no es seguro», dijo.

Unas 500 personas asistirán a la misa por la princesa, en presencia de la reina Isabel II, del príncipe de Gales y de los dos hijos de Carlos y Diana, Guillermo, de 25 años, y Enrique, de 22. El primer ministro Gordon Brown, su predecesor, Tony Blair y el cantante Elton John figuran entre los invitados.

Estaba previsto que Camilla asistiera, pero desistió a último momento, ante la polémica que provocó su invitación.
Mientras, en el lujoso almacén Harrods, propiedad del multimillonario egipcio Mohamed al Fayed - que es principal defensor de la tesis de que la muerte de Diana y de su hijo no fue un accidente trágico, sino un «asesinato» perpetrado por los servicios secretos británicos - había también ramos de flores, incluso más que en el Palacio de Kensington.

El magnate ha colocado también libros de condolencias al lado del pequeño altar en recuerdo de la pareja situado en la planta baja del lujoso almacén, y de una estatua de bronce de ellos dos bailando.

«En recuerdo de la princesa Diana de Gales y de Dodi Al Fayed, asesinados el 31 de agosto de 1997», se lee en una placa de bronce, arriba de la escultura.

Al Fayed, que no ha sido invitado al servicio religioso en homenaje a Diana por su interés en asegurar que la muerte de Diana y su hijo Dodi fue un asesinato, guardará el viernes dos minutos de silencio en Harrods, junto con todo el personal de la tienda. Se pedirá también a los clientes que respeten los dos minutos de silencio, indicó uno de los empleados de Harrods.