El estado del buque 'New Flame' por culpa del oleaje está haciendo que se tomen nuevas medidas. Foto: EFE

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Los técnicos que participan en la extracción del fuel y reflote del carguero panameño 'New Flame', semihundido a media milla de Gibraltar tras cochar con un petrolero el pasado 12 de agosto, intentan desde la tarde del lunes romperlo en dos de forma controlada, confirmó ayer a Europa Press un portavoz del Gobierno gibraltareño.

El objetivo es permitir remolcar hasta aguas más protegidas de la Bahía de Gibraltar la popa del barco, que permanecería a flote si el barco se partiera en dos, para continuar allí la extracción de las alrededor de 500 toneladas de fuel que permanecen en los tanques de almacenaje. Tras un paréntesis durante la noche, estaba previsto que estos trabajos se retomasen hoy.

El Ejecutivo del Peñón advirtió ayer de que el carguero corría el riesgo de partirse en dos, pero señaló que los expertos no creían que se produjera vertido de fuel, ya que éste permanecería «intacto» en los tanques de almacenamiento de la popa, que permanecería a flote tras la ruptura.

Los trabajos de extracción del combustible del barco se suspendieron en la tarde del lunes, cuando los equipos se dieron cuenta de que el «oleaje» y las «corrientes» habían vuelto «inestable» al 'New Flame', precisó el Ejecutivo de Peñón en un comunicado.

Ayer, y después de que los buzos inspeccionaran la parte hundida del barco, se determinó que lo mejor sería acelerar el proceso de partición del barco de forma controlada.

La consejera de Gobernación de la Junta de Andalucía, Evangelina Naranjo, aseguró ayer que, pese a que todos los informes remitidos por el Gobierno de Gibraltar a día de hoy aseguran que no hay ningún riesgo de fuga de fuel en el petrolero 'Torm Gertrud', que colisionó la madrugada del pasado día 12 con el chatarrero 'New Flame' en aguas del Estrecho, ella «no pone la mano en el fuego, debido a que la mar es impredecible y nunca se sabe».

Naranjo insistió en que el Gobierno andaluz «no baja la guardia en ningún momento» y apuntó que los servicios de alerta preactivados tardarían unos 30 minutos en llegar a la zona donde se hubiese producido un escape de fuel. No obstante, subrayó que, «los tanques están bien sellados y se descarta el riesgo de fuga».