Duran i Lleida, ayer en el Consejo Nacional de Unió Democràtica de Catalunya, fue uno de los afectados.

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El Ministerio de Sanidad atribuye inicialmente a una reacción adversa previsible que cuatro personas hayan resultado afectadas en Canarias por la vacuna de la fiebre amarilla, aunque ha decidido paralizar el lote a la espera de que se confirme completamente.

El único afectado que permanece en el Hospital Universitario de Canarias tras haberse vacunado contra la fiebre amarilla con una dosis en mal estado tiene pronóstico reservado y padece hepatitis, informó la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias.

«En cualquier caso, estamos vacunando con otro lote, que nadie tenga miedo de nada; esa vacuna no la vamos a administrar en ningún caso hasta que tengamos resultados definitivos», aunque parece que «no va más allá de un hecho puntual» de efectos secundarios, declaró ayer el director general de Salud Pública, Manuel Oñorbe.

Este responsable del Ministerio de Sanidad dijo que se trata únicamente de una persona ingresada en el Hospital de la Candelaria, en Tenerife, mientras que otras tres han padecido consecuencias menores como malestar, cefaleas o un poco de fiebre, que «suelen ser normales», pero sin ser hospitalizadas.

Explicó que los datos del Laboratorio Nacional de Referencia del Ministerio de Sanidad en Majadahonda (Madrid), que ha analizado el suero del paciente hospitalizado, «vienen a decir que es un hecho puntual no achacable a la vacuna», aunque hasta dentro de una semana no se confirmará plenamente.

«En principio, se trata de un problema que ya está contemplado en la ficha técnica de la vacuna, que a veces da alguna reacción adversa» y no produce el mismo efecto en unas personas que en otras, insistió.

Explicó que Sanidad fue informada el jueves pasado de que una persona sufría una reacción «grave» en el hospital citado y que otras dos o tres presentaban síntomas menores que son «esperables», entre ellas una de relevancia pública, que Oñorbe no quiso mencionar por «confidencialidad».

«Lo primero que hicimos fue parar el lote -comentó Oñorbe-, hablar con la Agencia del Medicamento y con el Laboratorio» y con todas las Consejerías de Sanidad para comprobar si había más casos, aunque no ha dado problemas en ningún sitio.