TW
0
EUROPA PRESS. Sevilla. El presidente de la Asociación de Usuarios de Internet de España, Miguel Pérez, advirtió ayer de que, aunque es posible investigar sobre el origen de las «convocatorias anónimas» de macrobotellones a través de la red y de teléfonos móviles, resultaría «muy complejo» localizar el «primer eslabón» de la cadena. Pérez señaló que existe una directiva europea que obliga a las compañías de telefonía móvil a «guardar durante un tiempo determinado los mensajes de texto» de los usuarios, por lo que podría indagarse ahí el principio de las convocatorias masivas. En cuanto a los correos electrónicos, apuntó que «al igual que se investigan las redes de pornografía infantil, en un momento dado se puede analizar también esto, ya que Internet deja muchos rastros». El presidente recalcó que las nuevas tecnologías «no son la causa, sino el medio de comunicación de estos botellones, que ya existían antes que el 'e-mail' o el móvil». A su juicio, «este efecto multiplicador no es nada nuevo, ya que venimos observándolo en los últimos tiempos, en concentraciones de este tipo y también en manifestaciones». Además, consideró que «si se cree que se trata de una conducta delictiva, se podrían investigar siguiendo el rastro de las cadenas de correos y los mensajes de teléfonos, pero el volumen de mensajes puede llegar a desbordar, haciendo muy compleja la investigación».