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La mayor red nacional de bancos de alimentos de EEUU, «America's Second Harvest», comunicó ayer que atendió el año pasado a más de 25 millones de estadounidenses, entre los que se incluyen nueve millones de niños y tres millones de ancianos.

Estas cifras representan un incremento en el número de ciudadanos que solicitaron ayuda alimenticia de en torno al 9% con respecto a 2001 y del 18% con respecto a 1997, según el informe difundido por esta organización bajo el título de «Hambre en EEUU».

El documento precisa que de los más de 25 millones de estadounidenses que recibieron alimentos gratuitos, cinco millones son latinoamericanos y 10 millones afroamericanos.

Según el estudio, «los millones de personas atendidas por nuestra red no responden al perfil típico de una persona hambrienta», y «los datos muestran que el hambre afecta virtualmente a todas las comunidades de EEUU». La mitad de esas personas tenía trabajo, lo que pone de manifiesto que parte de la clase trabajadora más pobre del país es la que realmente pasa apuros para sobrevivir, según el citado informe.