Eduardo Zaplana, portavoz del PP en el Congreso, mostró su «respeto» al discurso del Papa.

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El ministro de Defensa, José Bono, preguntado por las críticas del Papa al Gobierno, señaló que el Papa es «un referente moral» y afirmó que «la fe no es algo que pueda imponer un gobierno, no es algo que pertenece al Estado, sino a las personas».

Bono afirmó que «Cristo estaría hoy más preocupado de los 25.000 niños que mueren de hambre todos los días, o de las guerras. Creo que Cristo estaría con los pacíficos».

«No se le puede pedir ni imputar al gobierno ser la causa del laicismo», indicó Bono quien agregó que en la Iglesia jerárquica deberían pensar si no tienen algo de culpa en el apartamiento de la fe cristiana porque a estas alturas del curso mucha gente buena cuando usa un preservativo cree que tiene conciencia de que están pecando contra Dios».

«Si encuentran en Europa algún país que trate a la iglesia católica mejor que el Gobierno de España en cumplimiento de los acuerdos entre ambos Estados, por ejemplo en materia de educación, que nos lo digan», puntualizó.

Tras indicar que «no se puede estar permanentemente criticando al Gobierno de laicismo», Bono destacó que «algunos jerarcas de la Iglesia católica deberían pensar que sus actitudes excesivamente antiguas hacen que la gente se aleje».

El portavoz del PSOE en el Congreso, Alfredo Pérez Rubalcaba, considera que en el discurso del Papa hay «pasajes fuera de lugar» como los relativos a la administración de los recursos hídricos en el territorio español. «Criticar desde Roma el Plan Hidrológico me parece un poquito peculiar. No veo relación entre el trasvase del Ebro y el Papa», dijo.

El portavoz socialista subrayó que el PSOE es enormemente respetuoso con las críticas y «no le cuesta nada rectificar» si es preciso, aunque en este caso cree que se han deslizado algunas acusaciones injustas y desmesuradas. A su juicio, «parece que quien le pasó el guión, se le fue la mano y se olvidó de recortar el punto final».