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El presidente de la Conferencia Episcopal Española, Antonio María Rouco, ofreció ayer diálogo al nuevo Gobierno y afirmó que la Iglesia «no supondrá jamás amenaza alguna para un Estado justo y libre».

Tras finalizar su discurso de apertura de la Asamblea Plenaria, el también arzobispo de Madrid se refirió a «algunos asuntos que son objeto de preocupación en la actualidad», concretamente a la paralización de la aplicación de la ley de calidad de la enseñanza, Rouco dijo: «Compartimos la preocupación expresada por titulares de centros de enseñanza, profesores y, sobre todo, padres de familia ante los problemas que esa medida puede ocasionar en un momento delicado del curso escolar».

«Derecho básico»

«Se había llegado, según nuestro leal saber y entender, a una solución satisfactoria a través de la implantación del Àrea de Sociedad, Cultura y Religión. Sin ser la única posible, esta regulación conjuga la calidad académica con la libertad exigible en este campo, abriendo un horizonte de esperanza para la superación de los problemas que han acompañado a esta enseñanza en los últimos lustros», señaló.

«No se trata de privilegiar ni de discriminar a nadie, sino de posibilitar el ejercicio real y pleno de un derecho tan básico como es el derecho a la educación. Naturalmente, ni la Ley establece ni nosotros pedimos que la enseñanza de la Religión católica sea obligatoria para todos», concluyó Rouco.