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EFE-LAGOS
Lawal fue absuelta pese a no existir unanimidad entre los cinco jueces del tribunal del estado norteño de Katsina que componían el panel que revisó la sentencia dictada en marzo de 2002, según fuentes judiciales. La mujer, una divorciada de 31 años, fue condenada a ser enterrada hasta las axilas y apedreada hasta la muerte después de que fuera denunciada por los vecinos de la aldea de Kurami por dar a luz en enero de 2002 a Wasila, su quinto hijo, sin estar casada.

El presunto padre de la niña, Yahaya Mohamed, quien según Lawal había prometido casarse con ella, fue absuelto de toda culpa por «falta de pruebas». Uno de los principales argumentos esgrimidos por la defensa de Lawal fue que el tribunal local que la condenó «no explicó con claridad la ofensa cometida y cuáles podían ser sus consecuencias». Los defensores también alegaron que Lawal, que es analfabeta, no tuvo acceso durante el juicio a un abogado, además de que la concepción de su hija ocurrió antes de que fuera establecida en el estado de Katsina la ley islámica por la que fue juzgada y condenada.

Lawal fue sentenciada tras admitir que había quedado embarazada después de divorciarse de su segundo marido, lo que la convertía en una adúltera según la ley islámica o «sharia» que rige en 12 de los 18 estados del norte de Nigeria.

Según la sentencia de muerte, Lawal iba a ser ejecutada en enero próximo, después del segundo cumpleaños de su hija ilegítima, a quien sigue amamantando. El veredicto absolutorio de ayer fue inmediatamente celebrado por representantes de las numerosas organizaciones defensoras de los Derechos Humanos y feministas de todo el mundo que se interesaron por el caso.