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El suceso se produjo a primera hora de la mañana, cuando la embarcación en la que viajaban se cree que en torno a 40 inmigrantes chocó contra una zona rocosa y varios de sus ocupantes cayeron al agua. Los inmigrantes fueron rescatados porque las autoridades habían avistado la patera una hora y media antes y se dio aviso al Servicio Marítimo y a las patrullas territoriales, que iniciaron las labores para interceptar la embarcación.

Las autoridades encontraron en el lugar del naufragio los cadáveres de cinco inmigrantes, y rescataron a otros 35 con vida; aunque ocho consiguieron huir cuando llegaron a tierra. No se descarta que aparezcan más cuerpos. Aunque no ha sido determinada la nacionalidad de los inmigrantes, se cree que en su mayoría son magrebíes, saharianos y también algunos asiáticos.

Tras este suceso, el ministro de Administraciones Públicas, Javier Arenas, lamentó la muerte de los inmigrantes y solicitó a Marruecos una mayor implicación en la lucha contra las mafias de inmigración ilegal. Arenas explicó que aunque últimamente Marruecos está colaborando en esta materia, espera que «se acentúe más», afirmó.

Por su parte, el PSOE de Andalucía lamentó que «un año más comience con la triste noticia de nuevas muertes de inmigrantes en el Estrecho de Gibraltar», preguntándose dónde está la «tan cacareada eficacia del Sistema Integral de Vigilancia del Estrecho (SIVE), que el Gobierno vende permanentemente». El secretario de Inmigración del PSOE-A, Salvador de la Encina, pidió al Gobierno central que retome lo antes posible el diálogo con Marruecos y traslade a este país la necesidad y «la obligación que tiene de preservar que de sus costas sigan saliendo constantemente embarcaciones con inmigrantes sin papeles».