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La nueva normativa, aprobada por el Parlamento belga el pasado 16 de mayo y por el Senado en octubre de 2001, no obliga a los médicos belgas a practicar una eutanasia si no lo desean. En el texto de la ley se define la eutanasia como un «acto practicado por un tercero, que pone intencionadamente fin a la vida de una persona a petición de ésta» y se señala que el médico que lleva a cabo ese acto no comete una infracción si cumple las condiciones establecidas.

Condiciones como las que fijan que el paciente debe ser mayor de edad, capaz y consciente en el momento de presentar su petición de que se le practique una eutanasia. Además, debe padecer «sufrimiento físico o psíquico constante e insoportable, que no pueda ser calmado, causado por una afección accidental o patológica incurable», añade la ley. Deberá hacer su petición «de manera voluntaria, reflexionada y reiterada» y presentarla por escrito.

Por su parte, el médico tendrá que cerciorarse de que «no hay otra solución que la eutanasia», deberá consultar a otros dos facultativos antes de practicarla y dejar pasar al menos un mes desde que el paciente hizo la petición por escrito antes de llevarla a cabo. Una vez realizada, se considerará que el paciente ha fallecido de muerte natural. Cuatro días después, el médico deberá presentar un documento para su registro a la Comisión Federal de Control y de Evaluación de la aplicación de la ley de la eutanasia, compuesta por 16 miembros, que se encargará de verificar que ha sido efectuada según lo previsto en la ley.

En el caso de que dos tercios de los miembros de dicha Comisión estimen que el doctor no se ha ceñido a las condiciones fijadas por la ley, dicho órgano enviará el caso al fiscal del tribunal donde se haya producido el fallecimiento para que éste emprenda medidas judiciales si lo considera oportuno. Esta Comisión se reunirá hoy por primera vez para decidir las características definitivas que debe tener el formulario de registro de un acto de eutanasia. El senador socialista Phikippe Mahoux, uno de los autores del texto, anunció la entrada en vigor de esta ley que, según dijo, supone «el reconocimiento de la autonomía de la voluntad del hombre».