Helio Carpintero dirige el seminario 'La nueva psicología de las emociones'.

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EUROPA PRESS-SANTANDER La psicóloga Victoria del Barrio, profesora de Personalidad de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) y experta en el estudio de la depresión infantil y las emociones en los niños, señaló ayer que al contrario de lo que se podía pensar, el mayor nivel económico y sofisticación técnica de la sociedad «no extingue» el maltrato infantil, una conducta violenta que va «in crescendo», aunque también «es posible que se contabilice mejor», apostilló. Asimismo, puntualizó que la perturbación no es el principal motivo por el que se agrede a un niño. En este sentido, destacó que sólo entre el 10 y el 15% de los agresores son «perturbados», y agregó que los padres más jóvenes son «más frecuentemente maltratadores».

En el año 2000, el maltrato infantil se cobró ocho víctimas mortales, cifra que en 2001 aumentó hasta 18. La experta destacó que estos datos son exactos, al contrario de lo que ocurre con los abusos sexuales a niños, que son como un «iceberg: no aparece todo lo que hay». Del Barrio señaló que el maltrato «más impactante y repugnante» para el niño es el que procede de los padres. Según indicó, esta conducta violenta genera en los niños dos tipos de conductas emocionales negativas: la depresión, que es la reacción a la pérdida de confianza en los padres; y la agresión, sobre todo hacia sus padres, lo que repercute en la aceptabilidad social del niño y en ocasiones le hace huir hacia conductas no habituales para su edad, como el consumo de drogas o relaciones sexuales tempranas.

La experta destacó que las consecuencias del maltrato infantil en ocasiones continúan hasta la edad adulta, aunque cada vez menos. «Es un problema muy vidrioso y de difícil acceso para los profesionales por la clandestinidad con que estos actos se cometen», reconoció Del Barrio, quien subrayó, no obstante, que ya están sentadas las bases para que los psicólogos puedan intervenir. El haber sido maltratado de niño, la excesiva impulsividad e irritabilidad, el alcoholismo y el estrés son algunos de los factores de riesgo que inducen al maltrato infantil, una conducta que en el caso de los padres es más frecuente, según la experta, en las parejas más jóvenes, especialmente cuando «los hijos interfieren en sus planes» o cuando «la maduración biológica del individuo no coincide con su maduración social, lo que genera una frustración enorme».

Victoria del Barrio habló sobre las emociones y el maltrato infantil en el curso 'La nueva psicología de las emociones' que se imparte esta semana en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) de Santander bajo la dirección de Helio Carpintero, catedrático de Psicología Básica de la Complutense. Carpintero subrayó que las emociones constituyen «un problema central de nuestro tiempo», porque en muchas ocasiones suponen «una amenaza para las conductas racionales y ponen una nota de primitivismo y de emergencia de los fondos profundos del ser humano».