Muchos británicos se agolparon frente al castillo de Windsor.

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EUROPA PRESS"LONDRES
Los británicos lloraron ayer la muerte de la Reina Madre, que era una de las personas más queridas de la familia real. A primera hora de la mañana ya se comenzaron a formar las primeras colas ante el Palacio de Saint James, en Londres y en Holyroodhouse, en Edimburgo, para firmar en el libro de condolencias y expresar el dolor por la muerte de la soberana.

La reina Isabel II pasó el día de ayer acompañada de sus familiares en el Castillo de Windsor, donde coincidiendo con la Semana Santa asistirá a una misa privada en memoria del alma de su madre en la capilla real de Windsor Great Park.

El príncipe Carlos y sus dos hijos, Guillermo y Enrique, interrumpieron sus vacaciones en la estacion de esquí suizo de Klosters nada más conocer la noticia del fallecimiento. La reina Isabel II dio permiso para que el príncipe Carlos y el príncipe Guillermo se desplazaran a la base de Northolt, al oeste de Londres, en el mismo avión del Ejército, algo que normalmente está prohibido en el protocolo real. Una vez en Londres, se desplazarán a Windsor para acompañar al resto de la familia.

Los servicios religiosos de todo el país están también recordando la vida de la Reina Madre. El arzobispo de Canterbury, George Carey, dijo en el oficio religioso celebrado en la catedral de Canterbury que «la fe ayudó a la Reina Madre a sostenerse durante sus 101 años». Asimismo señaló que «la muerte no es el final y hoy más que nunca debemos recordar el milagro de la resurrección».

A partir de este momento se esperan nueve días de luto oficial. Los británicos podran mostrar sus respetos a los restos mortales de la Reina Madre en Westmister Hall. Posteriormente se celebrará un funeral en la abadía de Westmister y finalmente será trasladada a Windsor, donde será enterrada junto a su esposo el rey Jorge VI.