Los padres de Joaquín José durante una sesión del juicio.

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EFE-TAMPA La defensa del español Joaquín José Martínez pudo demostrar ayer que, en medio del juicio que comenzó el martes pasado, la fiscalía estatal estaba pidiendo que se comprobaran las huellas dactilares de más de 20 sospechosos. La gran noticia de ayer, sin embargo, es la confirmación de que no será convocada por la fiscalía Sloane Millian, la ex esposa de Martínez y considerada como la principal prueba contra él.

Tras todos estos datos, un periodista de la prensa local dijo que no entendía cómo el juez Rogers Padgett no suspendía el juicio porque «está claro que no hay un caso contra Martínez». El fiscal, no obstante, tuvo ayer su primera alegría después de que Laura Babcock, ex amante del español, lo incriminara en el doble asesinato.

Babcock acusó a Martínez de haber cogido una bolsa de marihuana de la casa de Douglas Lawson el viernes 27 de octubre de 1995, fecha en la que supuestamente se cometieron los crímenes del citado Lawson y la novia de éste, Sherry McCoy.

Peter Raben, abogado defensor del acusado de un doble crimen, forzó a la experta en huellas dactilares Kimberley Cashwear a admitir que el pasado fin de semana la fiscalía le dio una lista de supuestos sospechosos para que comprobara si coincidían con cuatro pruebas encontradas en el caso de las víctimas.

Dos de las huellas dactilares fueron encontradas en la tapa de un inodoro y la otra en una mesita de vidrio de la sala de la casa. La doctora Cashwear reconoció que las huellas de la mitad de los supuestos sospechosos no coinciden con las encontradas en el lugar del crimen y que la otra mitad no pudo ser verificada porque no se tenían datos de ellos en los archivos estatales. Pero tampoco ninguna de ellas coincidía con las de Martínez.