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El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, declinó ayer pronunciarse sobre el decreto de Humanidades, porque todavía no lo conoce, pero advirtió que defiende un modelo de enseñanza propio en el que la escuela juega «un papel básico en la formación y mantenimiento de un sentimiento de identidad catalana». El presidente catalán inauguró la Conferencia Nacional de Educación 2000-2002, promovida por la Generalitat y dirigida a todos los sectores implicados en la educación con el objetivo de hacer un diagnóstico sobre el sistema educativo para establecer las mejoras que deben realizarse.

Jordi Pujol señaló que no conoce con exactitud qué quiere hacer el Gobierno del PP, que ha comenzado una reforma de la enseñanza secundaria, así como la elaboración del decreto de Humanidades, que supondrán, entre otras cosas, cambios en las horas que se dedican a las diferentes asignaturas y de sus contenidos.

Recordó que el Ejecutivo de CiU siempre ha defendido las competencias autonómicas para poder desarrollar en Catalunya un modelo propio porque esto es un elemento «que nos permite defender nuestra personalidad como catalanes». El presidente de la Generalitat destacó la importancia de la historia en la definición de la personalidad catalana y aseguró que procurarán que esta asignatura no presente de una forma «disminuida» la identidad de esta comunidad autónoma.

«La escuela -afirmódebe jugar un papel básico en la formación y mantenimiento de un sentimiento y de una identidad catalana que puedan ser asumidos por 6 millones de personas», el número de habitantes de Catalunya. Pujol animó a los catalanes a «no tener complejos» en la defensa de los símbolos y la identidad catalana y citó, a modo de ejemplo, los casos de Finlandia y Suecia «países que forman parte del bloque políticamente correcto y que nunca han negado que uno de los objetivos de la escuela es el de definir el sentimiento de país».