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CONCHA BARRIGÓS - MADRID El secretario de Estado de Extranjería e Inmigración, Enrique Fernández-Miranda, ha anunciado que el PP ha decidido presentar en el debate parlamentario del proyecto de reforma de Ley de Extranjería una enmienda para que además de permitirse «la entrada» a España «por razones humanitarias» se contemple «la permanencia» por esas mismas razones, una ventaja de la que los subsaharianos serán los mayores beneficiarios.

Iniciativas como la aprobación de ese proyecto de reforma o el proceso extraordinario de regularización persiguen diferenciar inmigrantes legales de ilegales para que de los segundos haya el menor número, pero, afirmó, «la administración, la Ley y la voluntad política del Gobierno actuará con la flexibilidad necesaria» para que se les cause los menores perjuicios. «Decir que el Gobierno va a montar caravanas para expulsarlos no deja de ser absolutamente demagógico. España necesita y desea muchos inmigrantes. Nuestra obligación es luchar porque el mayor numero sean legales y su integración impecable», aclaró. Tras un proceso de regularización como el que acaba de concluir, «lo ideal sería poder poner el contador a cero y que todos los inmigrantes que vengan a España a partir de un momento sean legales, pero no tenemos ni varitas mágicas, ni compartimentos estancos».

Para Fernández-Miranda, en estos momentos existe una clara diferencia entre los inmigrantes que llegan de forma ilegal a España: los movidos por necesidades económicas, caso de los marroquíes o argelinos, y los «apátridas o indocumentados», es decir, los subsaharianos. «Se salen de la clasificación de inmigrantes ilegales, porque no sabemos ni qué nacionalidad tienen y no hay más alternativa que o hacerse cargo de ellos, basándonos mucho en la ayuda de las ONG, o el disparate de devolverles al mar», resumió.