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Estos y otros datos fueron dados a conocer ayer por Pilar Dávila, directora del Instituto de la Mujer, y son el resultado de la macroencuesta ´La violencia contra las mujeres´, llevada a cabo por Sigma Dos. El año pasado, un 4'2 por ciento de las españolas mayores de edad fueron víctimas de malos tratos, según el estudio.

El objetivo fundamental de este estudio está orientado a «cuantificar el número de maltratos domésticos y también en las parejas de novios o de parejas de hecho; identificar las incidencias de las variables sociodemográficas en el maltrato y determinar la sintomatología derivada del maltrato», según aseguró el reponsable de Sigma Dos durante la presentación de la macroencuesta.

De este estudio también se despega que el 4'2 por ciento de las mujeres españolas mayores de edad han declarado haber sido víctimas de malos tratos durante 1999, cifra que representa un total de 640.000 mujeres. La encuesta también refleja que de un total de 1.865.000 mujeres, entre las 15.028.000 mayores de edad, el 12'4 por ciento son víctimas de algún tipo de maltrato doméstico y aunque ellas no se hayan reconocido como tales, han sido consideradas ´técnicamente´ como maltratadas, al haber respondido afirmativamente a algunas preguntas como «¿le quita el dinero que usted gana o no le da lo suficiente que necesita para mantenerse?» o «¿en ciertas ocasiones le produce miedo?».

Entre las mujeres consideradas como ´técnicamente´ maltratadas, el 72 por ciento lo son a manos de su pareja, mientras que de las que se autocalifican como maltratadas, el 52 por ciento de los actos violentos que se producen en su propio domicilio han sido causados por su pareja.

En relación con la prolongación en el tiempo, alrededor del 70 por ciento de las mujeres maltratadas confiesan que vienen padeciendo la situación de maltrato desde hace más de cinco años. De la macroencuesta se desprende que es en el tramo de 45 a 64 años de edad cuando más se produce esta situación. Además, el estudio destaca la relación tan estrecha que existe entre la violencia doméstica y el nivel educativo, siendo más frecuentes los actos violentos entre las parejas con menor grado de estudios.