Juan Pablo II fue recibido por las principales autoridades civiles y religiosas en Tel Aviv.

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JUAN LARA - TEL AVIV (ISRAEL) «Ayer desde las alturas del Monte Nebo vi, a través del valle del Jordán, esta tierra bendita. Hoy con profunda emoción piso el suelo de la tierra en la que Dios eligió levantar su tienda y permitió al hombre encontrarlo directamente», fueron las primera palabras pronunciadas por un emocionado Juan Pablo II tras llegar a Tel Aviv camino de Jerusalén. En una tarde fría y lluviosa, el Papa recordó que desde hace años quería viajar a esta tierra en el 2000 aniversario del nacimiento de Jesús (ya expresó su deseo en la Navidad de 1978, dos meses después de su elección como Papa).

Para evitar malas interpretaciones de su visita, precisó que se trata de una «peregrinación personal y un viaje espiritual del Obispo de Roma a los orígenes de nuestra fe en el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob».

Juan Pablo II estuvo en Tierra Santa, pero como prelado, en 1963, aprovechando su salida de Polonia para participar en el Concilio Vaticano II en Roma.
Tras resaltar sus intenciones, Juan Pablo II, como ya hizo el lunes en Jordania, hizo referencias a la anhelada paz en la región. Así, dirigiéndose al presidente israelí, Ezer Weizman, afirmó que el mandatario «es conocido como hombre de paz y artífice de paz». «Todos sabemos lo urgente que es la necesidad de paz y de justicia no sólo para Israel, sino también para toda la región», agregó el Pontífice, que subrayó que la opinión pública mundial sigue con mucha atención el proceso de paz «que implica a todos los pueblos de la zona en la difícil búsqueda de una paz duradera, con justicia para todos». Después, para demostrar que las relaciones entre la Iglesia Católica e Israel han cambiado y para bien, señaló que «muchas cosas han cambiado entre la Santa Sede y el Estado de Israel desde que mi predecesor Pablo VI vino en 1964».

Por su parte, el presidente israelí, Ezer Weizman, señaló que el «Estado de Israel se encuentra actualmente en medio de un proceso de paz estimulante y emocionante». Por otro lado, un grupo de ultrarreligiosos judíos de Galilea practicaron un ritual en el que rezaron por la muerte del papa Juan Pablo II, pero sacerdotes católicos de ese lugar hicieron una serie de exorcismos para limpiar Tierra Santa del mal, informó ayer la prensa local.