Vecinos de El Ejido levantaron ayer barricadas, cortando el paso para acceder al pueblo.

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EFE - EL EJIDO (ALMERÍA) Los disturbios en El Ejido (Almería) continuaron ayer por tercer día consecutivo tras el asesinato de una mujer por un inmigrante, que ayer ingresó en prisión, mientras que la policía detuvo a cuatro vecinos de la localidad y otros tres de la población vecina de La Mojonera. Mientras los ejidenses se manifiestan por las calles de la población, la Guardia Civil tuvo que proteger a un grupo de inmigrantes que volvían de trabajar en invernaderos porque un grupo de vecinos armados con objetos contundentes les impedía acceder al barrio de Las Norias, donde residen. Ayer fueron incendiadas tres barracas de los inmigrantes Los disturbios provocaron heridas a dos policías locales y algún guardia civil, e incendios en un invernadero, en un cortijo donde al parecer había inmigrantes y en una planta de reciclado de plásticos, una zona en la que también se produjeron cargas policiales contra grupos de incontrolados con bolas de goma. En el hospital del Poniente almeriense fueron ingresados cuatro vecinos de El Ejido, tres de ellos inmigrantes, uno de los cuales con problemas de deshidratación y agotamiento, ya que permaneció escondido en el invernadero en el que trabajaba desde que comenzaron los disturbios el pasado sábado.


La policía realizó una carga contra un grupo de vecinos que se manifestaban con palos y piedras en una zona de asentamiento de la población inmigrante y detuvo ya a cuatro personas que se hallan en dependencias policiales. Tras las detenciones, varios grupos de ejidenses se concentraron en las inmediaciones de la comisaría de policía, donde se encuentra la mayor parte de los periodistas ante las dificultades que están encontrando para poder realizar su trabajo en los distintos puntos de conflicto. Un grupo de periodistas que circulaba con su vehículo por el barrio de la Loma de la Mezquita, donde se ha producido la primera de las cargas policiales, fueron cercados por un grupo de unos cien manifestantes que comenzaron a increparlos mientras golpeaban el vehículo e intentaban volcarlo.