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Un tratamiento de fertilidad para hombres, muy utilizado desde 1992, ha abierto una polémica entre expertos en esta técnica, tras la aparición de un estudio que lo vincula a posibles defectos genéticos en los recién nacidos.

El estudio, publicado en la revista «Journal Nature Medicine», sugiere que la propia técnica podría ser la causante de daños en los cromosomas de las células.

El tratamiento se denomina «inyección de esperma intracitoplásmico», ICSI según sus siglas en inglés, una técnica indicada para aquellos casos en los que el hombre produce muy pocos espermatozoides capaces de fecundar un óvulo.

Según los experimentos realizados con monos del tipo «rhesus», un equipo de científicos dirigidos por Gerald Schatter, del Centro de Investigación de Primates de Oregón, observó que, de cinco monos nacidos por esta técnica, sólo dos eran normales, un tercero nació muerto y otros dos sufrían defectos de nacimiento.

Se trata de una técnica en la que la cabeza de un espermatozoide, que contiene el ADN masculino, se introduce directamente en el interior de un óvulo para fecundarlo.