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Formar al alumno en valores éticos y cívicos y aumentar sus conocimientos en «determinados aspectos de la vida social y cultural» a través del análisis de «diferentes manifestaciones literarias, plásticas y musicales» será la principal finalidad de la asignatura alternativa a la religión, según un borrador de real decreto del Ministerio de Educación y Cultura.

La nueva asignatura, que se impartirá desde una perspectiva «no confesional», está destinada a aquellos alumnos que no quieran recibir clases de religión, y tendrá que impartirse en horario simultáneo a la enseñanza de religión y «de acuerdo con las mismas exigencias académicas, científicas y didácticas que las demás disciplinas».

En cualquier caso, estas actividades no versarán sobre contenidos incluidos en las enseñanzas mínimas y en el currículo de los diferentes niveles educativos.

Por otro lado, el citado borrador, confeccionado para su aplicación en el curso académico 1997/1998 con el fin de modificar el real decreto aprobado en 1994 sobre esta cuestión (popularmente conocido como el del «parchís»), establece también que las asignaturas alternativas a la religión «serán objeto de evaluación con los mismos efectos» que el resto de las materias.

No obstante, el texto establece que las calificaciones de estas asignaturas, al igual que ocurre con las de religión, «no se computarán en la determinación de la nota media a efectos de acceso a la Universidad ni en las convocatorias para la obtención de becas y ayudas al estudio».