El aspecto exterior no ha sufrido grandes variaciones. La iluminación diurna tipo LED es uno de los cambios que más se ven a simple vista. | Miquel Àngel Llabrés

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Seat ha iniciado una gran campaña de publicidad con este nuevo Ibiza, con el lema «Todo cambia para que nada cambie», que indica muy a las claras los cambios realizados en este vehículo, que han sido bastantes pero que a simple vista no se distinguen con facilidad.

Al ser el vehículo líder de ventas de su segmento, esto le da margen de mejora, aunque no puece esperar mucho a sacar un modelo con cambios estéticos importantes para no quedarse fuera, como ya ha pasado con otros modelos anteriormente. Cabe recordar que la competencia está trabajando duro para sacar productos muy competitivos y avanzados tecnológicamente y que son grandes competidores. Tal vez por eso Seat ha empezado por la tecnología y conectividad, que la ha heredado prácticamente toda del León.

Estéticamente no ha recibido grandes cambios, aunque hay que decir que sigue siendo un coche muy actual gracias, en parte, a la iluminación led que rodea a los faros de la parte delantera del vehículo, que los hace más atractivos e interesantes. La parte posterior es un poco más clásica, aunque sigue denotando modernidad.

PROPULSOR
Los otros cambios importantes de la nueva gama del Seat Ibiza afectan sin duda a los motores, con la adopción de los propulsores de 1.0 litros (tecnología downsizing), atmosféricos y turboalimentados, que consumen todos por debajo de los 5 litros de media.

El que hoy nos ocupa, el 1.2 TSI, es un poco más veterano, aunque tiene un funcionamiento muy fino y unas prestaciones más que suficientes para moverse de forma ágil por cualquier tipo de vía. Así, los 11,1 segundos que tarda para ponerse de 0 a 100 Km/h es una cifra muy razonable. Además, en los adelantamientos, el vehículo tiene un buen reprís en cuarta velocidad, lo cual es muy útil y necesario por pura seguridad. El motor se desenvuelve muy bien en medias y en altas vueltas, lo que le da una elasticidad propia de vehículos de mayor cilindrada.

El consumo ofrecido por la marca en un recorrido combinado es de 4’9 litros a los 100 km, que es una cifra ciertamente destacable. Nosotros, en un trazado también mixto, hemos subido a los seis litros, llevando una conducción tranquila, que sigue siendo una cifra bastante contenida.

El comportamiento en carretera es sin duda uno de los grandes aciertos de la marca desde que se pusiera a la venta este modelo, ya que tiene el aplomo más propio de un vehículo de mayores dimensiones y peso. En las curvas no tiende a subvirar ni a sobrevirar prácticamente nada, lo que permite trazar las curvas con total garantía. Además, todos los elementos de seguridad activa de que dispone ayudan a esta sensación de ir protegido.

INTERIOR
El interior, además de optimizar todo el tema de tecnología y de conectividad, ha mejorado la apariencia y el tacto, que son prácticamente los mismos que ofrece el León, es decir, que el salto cualitativo ha sido grande. La pantalla de 6’5 pulgadas a color «preside» la consola central y es donde se controlan prácticamente todas las funciones del vehículo.

Los asientos del nuevo Seat Ibiza recogen muy bien lateralmente y el acceso a las plazas posteriores de este modelo de tres puertas es relativamente fácil, sin grandes estrecheces.