Forteza Pons y su familia crearon la marca My Room Hotels. | F.M.

TW
25

Gaspar Forteza Pons (Manacor, 1967) ha estado ligado al mundo de la hostelería casi toda su vida laboral. Empezó a los 15 años como animador. Fue formándose y con 23 años era director comercial de una cadena hotelera en Palma. Trabajó en Cuba, Brasil, Canarias y Argentina hasta que regresó de nuevo a Balears para volver a los orígenes y fundar My Room Hotels con su familia. Gaspar Forteza, más conocido como ‘Parín’, deja claro que My Room Hotels es una empresa familiar con una filosofía muy clara que es recuperar Casals antiguos para reconvertirlos en pequeños hoteles de interior, siempre manteniendo la estructura original. Su último empeño es poder abrir un hotel de interior en su ciudad natal: Manacor. Pero las demoras de la burocracia no se lo ponen fácil.

¿Cómo empezó la idea de My Room Hotels?
—Empezamos en Ciutadella con un hotel muy pequeño. En principio solo pensábamos tener uno y luego nos salió la oportunidad de coger otra casa en Ciutadella. Seguimos en Petra y Artà. Luego decidimos hacerlo en Manacor.

Manacor no cuenta con ningún hotel de interior...
—Vinieron unos políticos a verme diciendo que teníamos que hacer algo en Manacor. Hace más de tres años que empezamos con la idea y hace dos años presentamos el proyecto en el Ajuntament de Manacor, apoyado prácticamente por todos los partidos políticos.

Pero todavía no lo ha podido hacer realidad. ¿Por qué?
—El problema es cuando los papeles entran en Urbanismo del Ajuntament. Allí se ralentiza todo. En junio hará dos años. El proyecto está correcto, no hay ninguna deficiencia, pero no tenemos respuesta.

¿Qué les argumentan?
—Constantemente falta alguien. Primero un arquitecto y ahora no tienen ingeniero. La responsabilidad es de los políticos, no de los funcionarios que sabemos que están desbordados. Tenemos gran cantidad de bufetes de arquitectos buenos en Manacor, de todo sentido político. Pues que les trasladen los expedientes hasta poder sacar adelante todo lo que tienen retrasado. Al final perjudican a las personas.

Tienen hoteles en Ciutadella, Petra y Artà. ¿No les había pasado nada igual como en Manacor?
—No.

¿Esto no hace que los empresarios se desanimen a invertir?
—Totalmente. En nuestro caso lo hacemos por la ilusión, por el orgullo de tener un hotel en mi localidad.

Aunque el suyo no es el primer hotel de interior que se intenta hacer en Manacor…
—Ha habido cinco o seis proyectos. En la actualidad, que yo sepa, solo dos continuamos con el proceso en Urbanismo y no hemos abandonado.

¿Ustedes no desistirán?
—Tuvimos nuestras dudas y hemos tenido días muy bajos. Tener que esperar dos años una licencia urbanística a veces te sientes hundido, hunde a cualquiera. Piensas: esta gente lo que quiere es que no lo hagamos... Lo que nos forzará a tener que ir de abogados. Y eso es lo que nosotros no queremos, pero no nos quedará otro remedio.

¿Manacor tiene potencial?
— Clarísimamente. Hay mucho turista que le gusta recorrer la Isla y va cogiendo hoteles de interior. Hay un exceso de riqueza en la costa y una falta de riqueza en el interior.

¿Sus hoteles siempre son antiguos ‘casals’?
— Nosotros no hacemos ningún edificio nuevo ni podemos más cemento, porque nosotros amamos Mallorca. Creemos que el turismo debería ir en esta dirección.

Tampoco tiene servicio de restaurante o bar. ¿Por qué?
— Forma parte de nuestra filosofía. No ofrecemos ningún servicio porque lo que queremos es potenciar que los clientes salgan al pueblo y consuman fuera.

Dentro de sus proyectos futuros está el ‘coliving’. Pero, ¿qué es el coliving?
— El coliving no son apartamentos como muchos se imaginan, es una casa unifamiliar pero con nuestra filosofía My Rooms. Lo que queremos es recuperar casas antiguas y no alzar ni un gramo de cemento. Reformamos estos casals y alquilamos las habitaciones en una casa con espacios comunes donde habrá piscina, un gimnasio, wifi…

¿Donde han empezado el proyecto de coliving?
— Hemos presentado un proyecto en Artà con 13 habitaciones y también tenemos en proyecto hacer otro en Manacor.

¿Pero el coliving no será un alojamiento turístico?
— No. La estancia mínima son tres meses. Nosotros lo hacemos de 3 a 11 meses, que luego se puede renovar. Pensé que con esta idea continuo con mi idea de recuperar los ‘Casals’ antiguos que muchos están cerrados o abandonados y, por otra, también doy vivienda que no hay.