Son Maciá Negre es una posesión originaria mallorquina con más de tres mil metros cuadrados de superficie construida. | R.P.F.

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Los nuevos propietarios de la possessió de Son Macià Negre de Marratxí han arrancado esta semana obras de consolidación en la casa principal de la emblemática finca. El inmueble era hasta hace aproximadamente un año propiedad de la Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria (SAREB), conocida como ‘banco malo’. Pero la propiedad cambió cuando a principios de 2023, la SAREB vendió la finca a una sociedad nórdica por 2,9 millones de euros.

Las obras que se están realizando ahora responden a una petición municipal. Cabe recordar que en la anterior legislatura el Ajuntament impuso a la propiedad –que en ese momento todavía era la SAREB– una multa coercitiva de 446.248,89 euros por el estado de abandono que presentaba la possessió. Y es que el inmueble está incluido en el catálogo de patrimonio municipal, ya que es una posesión originaria mallorquina.

A instancias de esa multa, la actual propiedad solicitó una licencia de obra para realizar actuaciones de restauración y consolidación de la casa principal de la finca. Según confirmó ayer el alcalde, Jaume Llompart, a este periódico, el Ajuntament ya ha concedido el permiso, por lo que las obras empezaron esta misma semana.

La posesión, que tiene 476.024 metros cuadrados de parcela y una superficie total construida de 3.759,59 metros cuadrados, se divide en tres plantas. La planta baja cuenta con caballerizas, capilla, cocheras, almazara, graneros, bodegas, cochiqueras. En la primera altura se concentra principalmente el área destinada a vivienda, el patio exterior, y terrazas, mientras que en la planta segunda se ubican espacios diáfanos bajo cubierta. Además también tiene diversas edificaciones exteriores, aljibe y piscina.

‘Coliving’

Aunque la única licencia que se ha solicitado al Ajuntament es la que se está ejecutando ahora, fuentes próximas al consistorio aseguraron que se prevé habilitar un espacio de coliving. De todos modos, de momento, la propiedad no ha pedido ningún permiso para la rehabilitación integral del interior de la casa, por lo que todavía se desconoce cuál será el uso que se le dará. Cabe destacar que actualmente los vecinos pueden pasear por la zona exterior de la finca.