Uno de los salones, en los que el tiempo parece haberse detenido. | Irene Cabrer

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Entrar en Can Mas, el casal modernista de la calle Real de Sóller, es como viajar en el tiempo. La casa, de 100 años de antigüedad, rezuma modernismo y belle époque por todas sus habitaciones y jardín. Tal y como decidió su actual propietaria, Paulette Mas Miquel (Marsella, 1932) la casa que adquirió su padre en 1933 se convertirá en casa museo y albergará una muestra de indumentaria antigua.

Pero, finalmente, la casa-museo no será de titularidad municipal, tal y como ella hubiera deseado. El Ajuntament decidió en enero rechazar la generosa oferta por considerar que los condicionantes impuestos por la propietaria eran demasiado exigentes y comprometían las arcas municipales. Será una fundación privada la que gestionará este legado, un patronato formado por diez miembros que está previsto que se constituya el sábado. Será entonces cuando se den a conocer sus componentes y aportaciones fundacionales, aunque ya se sabe que Paulette Mas será su presidenta de honor.

Rincón de paz.Guillem Bernat, representante de Paula Mas, muestra el jardín de Can Mas, que será uno de los grandes atractivos del futuro museo, ideal para actos culturales de todo tipo.

Arte decorativo

La propietaria no desea mayor protagonismo y declina ser entrevistada. Aun así, ha explicado que desde 1968 habita la casa que compró su padre y que nunca se ha tocado nada, por lo que se trata de un espacio con un arte decorativo espléndido y ‘fosilizado’, un retrato de una época esplendorosa que los futuros visitantes podrán disfrutar.

El casal, de tres plantas, dispone de seis dormitorios, varios salones, dos comedores y un espléndido jardín, que es el rincón favorito de su dueña. Las cristaleras, relojes, cuadros y retratos, sillones y camas se mantienen como piezas de colección y se encuentran en perfecto estado de conservación.