S’Albufera sufre un proceso de salinización y pérdida de vegetación y fauna. | Lola Olmo

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S’Albufera de Mallorca se saliniza a un ritmo vertiginoso. Así lo reflejan unas imágenes captadas por satélites en las que el GOB ha comparado el estado de la zona húmeda entre 1990 y 2023. Los cambios son muy visibles, según explica el responsable de Conservació de la Biodiversitat de la entidad ecologista, Toni Muñoz, que ha presentado el estudio este jueves con motivo del Día Mundial de las Zonas Húmedas.

Los años no han sido escogidos al azar. El 8 de mayo de 1990 el Ministerio de Asuntos Exteriores incorporó s’Albufera de Mallorca en el listado de zonas amparadas por el ‘Convenio relativo a las zonas húmedas de importancia internacional especialmente como hábitat de aves acuáticas,’ conocido como Convenio de Ramsar. «Fue firmado por 19 países y actualmente lo suscriben 172 y da cobpertura a más de 2.400 zonas húmedas de todo el mundo con el fin de lograr su conservación y uso sostenible», explica Muñoz.

Este viernes, cuando se cumplen 53 años de la firma del convenio, el GOB ha presentado una comparativa del estado de s’Albufera entre aquél año y la actualidad y los datos no invitan al optimismo. «En su ficha, s’Albufera se describió como lagunas y marismas de agua dulce densamente cubiertas por macrofitos (plantas que viven en el agua y visibles a la vista), con predominio de cañizares de gran cobertura y densidad, juncos y salicornias, bosques de ribera y algunos tamarindos; hoy cuesta reconocer a s’Albufera en esa descripción, los cañizares han ido menguando, sustituidos por salicornias y lagunas sin vegetación, y los macrofitos que cubrían los fondos de las lagunas y canales han desaparecido», explica Muñoz. La marisma de agua dulce se está convirtiendo en un salobrar.

Síntomas y causas

El GOB ha estudiado las imágenes del humedal tomadas por satélites de la NASA y la ESA a una distancia de 700 km de la Tierra. La conclusión es que la vegetación típica de aguas dulces va siendo sustituida por especies de aguas salobres. Lo mismo ocurre con las aves acuáticas, como los flamencos que han criado este año.

Muñoz lamenta que los distintos gobiernos de Baleares no hayan actuado para frenar la degradación de s’Albuera y pide al Govern medidas como reducir la explotación comercial de agua de la fuente de Son Sant Joan; limitar las extracciones en la cuenca hidrológica de sa Pobla, determinar el caudal que senecesita para mantener los hábitats naturales y reforzar la monitorización ambiental.