Tomeu Garau, en el muelle de Cala Rajada, que ha sido reformado. | A.B.

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Es el último de los Climents que pesca y el primero que es Patró Major. Tomeu Garau (Cala Rajada, 1968) es el nuevo responsable de la Confraria de Pescadors de Cala Rajada, un cargo que ha asumido con mucha ilusión y con el objetivo de defender a los pescadores.

¿Cuando decidió hacerse a la mar?
—Vengo de una familia de pescadores, los Climent (malnom). A los ocho años mi padre ya me llevó a pescar calamares y a los 16 años ya me embarqué legalmente. Recuerdo perfectamente la fecha: era el 24 de mayo de 1984. Llevo más de cuatro décadas en el mar. Me encanta porque cada día es diferente, sales a pescar con la emoción de qué vas a encontrar, qué piezas vas a pescar.

Después de toda una vida pescando ahora estará al frente de la cofradía. ¿Cómo asume el reto?
—Con mucha ilusión. Cala Rajada es un pueblo de pescadores y mi familia se han dedicado a ello desde siempre. Ahora ya me he retirado y puedo decir que seré el último Climent que pescará, ya que no hay relevo generacional. Mi hijo ha decidido ser maestro de escuela. También seré el primero de la familia en ser Patró Major. Tengo muchas ganas de defender a los pescadores, a veces se nos trata como criminales y nosotros somos proteccionistas, defendemos el mar, vivimos de él y necesitamos cuidarlo.

¿Cuántos pescadores y barcas hay en activo?
—Tenemos 37 pescadores, dos son mujeres: Valeria y Vanessa, y siempre les animamos a que se presenten como Patrona Major. En cuanto a las embarcaciones hay 3 barcas de arrastre y 11 de artes menores. En 2023 se ha celebrado el centenario del nacimiento de la cofradía. La evolución ha sido enorme, ha habido muchos cambios a lo largo del tiempo. Hace unos años había 24 barcas de artes menores y 13 de arrastre. También ha cambiado el modo de trabajar. Antes íbamos con marcaciones y ahora con GPS y ordenador. Había barcas de madera, más ambiente en el muelle, siempre podías ver pescadores arreglando las redes. Cala Rajada era un pueblo de pescadores ahora es más turístico.

¿Cuáles van a ser sus labores en la cofradía?
—El día 12 de enero tenemos una reunión con la Direcció General de Pesca para hablar del plan de gestión. Nosotros pedimos a las administraciones que escuchen a los pescadores porque queremos seguir viviendo del mar.

Fuisteis de los primeros que pedisteis una reserva marina, con la particularidad que está en aguas interiores y exteriores.
—Después de muchos años podemos afirmar que la valoración de esta figura ha sido altamente positiva. Nosotros somos proteccionistas, pedimos la reserva. Incluso fuimos de los primeros en pedir un cupo para la llampuga. Una de las cosas imprescindibles es que se unifiquen las dos aguas porque ahora tenemos que atender a dos administraciones con la problemática que supone todo ello ya que cada una tiene una normativa diferente.

¿Cuál es el principal escollo que presenta vuestra cofradía?
—Somos la cofradía más castigada sin ningún lugar a dudas porque somos la zona más alejada de Palma y por ello tenemos un mayor gasto de transporte que el resto. En tiempos de llampuga a veces los pescadores tienen que hacer dos viajes. Reclamamos a las administraciones que lo tengan en cuenta.

¿Cuáles son sus propuestas o reivindicaciones?
—Queremos que el faro de Cala Rajada acoja un centro de interpretación. Así lo pedimos al Govern. Sería una excelente oportunidad para que los visitantes pudieran conocer todo lo que rodea al mundo de la pesca, cuales son los aparejos, o como pescamos, entre otras cuestiones. Vamos a pedir a Ports que nos de permiso para instalar en el muelle una escultura dedicada a los pescadores para que todos aquellos que nos visiten recuerden que éste es un puerto que nació de los pescadores, que fue su motor económico durante muchos años.

Tienen un puerto nuevo con una reordenación de usos. ¿Qué les ha parecido?
—El puerto ha quedado muy bonito pero para los pescadores no ha sido un gran cambio. Sí que es verdad que nos han hecho casetas nuevas, pero han dejado poco espacio para la preparación de las redes y queremos que se instalen unos toldos en la zona porque en verano hace mucho calor. El muro de retención a la vista ha quedado muy estético pero veremos que pasará si viene un temporal de Xaloc. También pedimos una serie de modificaciones en el edificio donde se situará la venta directa y que ahora empiezan las obras.