La playa de Cala Bona cuenta con un certificado AENOR ya que se trata de una playa accesible. | Assumpta Bassa

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El Ajuntament de Son Servera volverá a pedir una vez más a la Demarcación de Costas la autorización para regenerar las playas artificiales de Cala Bona con arena procedente de canteras. Se trata de una reivindicación de hace muchos años que, a día de hoy, no ha obtenido ninguna respuesta. El regidor de Turisme del Ajuntament, José Miguel Servera, así lo ha explicado a este periódico. «A principios de año ya acudimos a presentar el plan a la Demarcación de Costas sin resultado alguno. Seguiremos insistiendo, lo vamos a solicitar de nuevo antes de la temporada turística. Reiteramos la petición de poder llevar la arena a las playas artificiales de Cala Bona».

De hecho la regeneración está contemplada en el pliego de condiciones de la licitación de los servicios de playa. Así se contempla que la concesionaria deberá presentar dos proyectos de alimentación de arena: uno correspondiente a la playa de Cala Bona y otro para la playa de na Marins, firmados por un técnico competente y que incluya los estudios ambientales necesarios para su tramitación. Cada uno de los proyectos correrá a cargo de la adjudicataria que deberá llevar a cabo la redacción de todos los documentos necesarios para conseguir la autorización por parte de la administración competente. Se prevé que la inversión que deberá destinar durante los cuatro años de la concesión sea de unos 40.000 euros anuales.

El objetivo de esta regeneración es mejorar la imagen de la zona costera. El responsable municipal de Turisme explicó que «las quejas más que de los turistas proceden de los comerciantes». Asimismo recordó que la playa de Cala Bona es un espacio adaptado para que pueda disfrutar todo el mundo ya que es una playa accesible. «Esta playa cuenta con la certificación AENOR de accesibilidad universal. Es muy importante la calidad en los servicios e infraestructuras ofrecidos así como su mantenimiento». Se cuenta con personal de apoyo para el baño debidamente acreditados en accesibilidad y durante el verano se llevan a cabo actividades y talleres.

El Ajuntament siempre ha velado por el mantenimiento de sus playas. En el caso de Cala Millor incluso se trasladó a Madrid junto con el Ajuntament de Sant Llorenç y la asociación hotelera para pedir una regeneración ante la pérdida constante de arena. Y es que Cala Millor podría llegar a perder entre el 33 y el 66% de su playa seca en poco más de 70 años. Estas cifras se pudieron conocer gracias a más de veinte años de una monitorización sistemática y sostenida del oleaje y la morfología de esta playa. Estos datos junto a las características de la playa son los que validan el proyecto Life AdaptCalaMillor que se ha implantado este año.

La iniciativa pretende impulsar la adaptación al cambio climático a largo plazo de la playa y aumentar la resiliencia de las infraestructuras, los ecosistemas-servicios y la socioeconomía.La iniciativa cuenta con una inversión final de 2.294.047 euros, de los cuales 1.376.424 serán cofinanciados por el programa LIFE de la Unión Europea.