Imagen de archivo del parque natural de s'Albufera.

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El Parque Natural de s’Albufera ha detectado un aumento del número de visitantes que no pasan por el centro de recepción y que escapan por lo tanto al control estadístico del impacto sobre el medio. Así lo explica su director Maties Rebassa que describe un nuevo perfil del visitante postpandémico.

«Sufrimos los efectos de la masificación, nosotros y todo el mundo. Desde la pandemia ha habido un cambio en el comportamiento de las personas que nos visitan. Hemos detectado un número creciente de excursionistas que no pasan por el centro de información. Antes venía sobre todo gente amante de la naturaleza y muy acostumbrada al medio, después del confinamiento empezó a venir mucha gente con un comportamiento más propio de una plaza de pueblo, pero poco a poco han ido entendiendo que hay que ser respetuoso, guardar silencio y no salirse de los itinerarios », dice Rebassa.

Sobre el papel s’Albufera ha perdido más de 5.000 visitantes desde 2020 pero los responsables de la gestión del parque saben que «las cifras totales de visitantes de la zona húmeda están estabilizadas en torno a 100.000 personas al año». «Durante los dos primeros años, después del confinamiento, tuvimos que hacer mucha didáctica y ahora en general la gente se porta bien», dice Rebassa.

Una de las dificultades de gestión que presenta este espacio natural es que cuenta con varios accesos en tres municipios de Mallorca (Muro, Alcúdia y sa Pobla). El acceso oficial es a través de la carretera de Artà a la altura del llamado Pont dels Anglesos (en Playas de Muro) en el que el agua dulce de la albufera y el agua salada del mar se entrecruzan. Junto a la carretera hay un pequeño aparcamiento habilitado para vehículos. Solo se permite el acceso a pie o en bicicleta por el Pont dels Anglesos. Hasta este enclave único se puede llegar también en transporte público, concretamente utilizando las líneas de autobús L351 y L352.

El horario de visita del parque es de 9 a 18 horas entre el 1 de abril y el 30 de septiembre y de 9 a 17 horas entre el 1 de octubre y el 31 de marzo. Aunque la visita es gratuita es preciso solicitar permiso en el centro de recepción, abierto de 9 a 16 horas todo el año salvo en Navidad y Nochevieja. Las visitas en grupo requieren de un permiso especial que se tiene que solicitar con antelación.

Desde el Pont dels Anglesos hasta el centro de visitantes hay un recorrido aproximado de unos quince minutos a pie y son muchos los excursionistas que se desvían por las distintas rutas internas antes de llegar a la recepción. «Hay que aprovechar el creciente interés hacia los espacios naturales para enseñar a respetar la naturaleza y los valores que hacen posible este espacio protegido», dice el director del parque.

Dentro del parque natural se prohíbe la recogida de plantas, flores, animales o sus restos. Es obligatorio desplazarse por los caminos habilitados respetando la señalización y, en el caso de desplazamientos en bicicleta, hay que circular a poca velocidad. No se permite la entrada de bicicletas de más de dos ruedas. Hay que guardar silencio para no molestar a los animales y al resto de visitantes y están prohibidos los pícnics dentro del espacio protegido. También las actividades deportivas como el footing, la pesca, la hípica o la bicicleta de montaña. Los perros no tienen permitido el acceso. Incumplir las normas de visita implica la revocación del permiso y puede además acabar con un expediente sancionador.