Imagen de archivo de la última Fira de la Tardor de Muro, en 2022, donde se pesaba una calabaza gigante. | M. NADAL

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El Ajuntament de Muro implantará algunas novedades en la Fira de la Tardor y el concurso de calabazas del 2024 para adaptarse a la climatología actual y «evitar que ambos actos pierdan participación». Así lo explicó el nuevo regidor de Festes, Rafel Gelabert, quién ha decidido proponer al resto del consistorio diferentes cambios en este evento, que ya hace 16 años que se celebra en el municipio.

Entre las novedades más destacadas, Gelabert ha consensuado con los payeses más veteranos adelantar la pesada de las calabazas gigantes (aunque no de las autóctonas), para evitar que se pudran antes del acto. «Se recogen a principios de setiembre y hacerlas aguantar hasta noviembre está siendo muy complicado estos últimos años en que la temperatura ha aumentado considerablemente», aseguró Gelabert. Aún así, para la edición de este año, todavía no se ha tomado la decisión de adelantar la fecha. «Lo que nos transmiten los payeses es que es frustrante que tú hayas sembrado y hecho crecer una calabaza y después se rompa cinco días antes de llevarla a concurso porque se ha empezado a pudrir», añadió.

Esta primera decisión ha venido prácticamente impuesta debido a los efectos del cambio climático, aunque ello no ha supuesto un contratiempo para el Ajuntament sino que ha sido una oportunidad para replantear todo el evento. «Nuestra idea es que la Fira se extienda durante todo el año», explica. Para ello, el Ajuntament ofrecerá una finca municipal para que todos los murers que no tengan huerto también puedan participar de la feria «que distingue Muro», concreta Gelabert. El regidor añade que «no tiene sentido que solo se haga en otoño cuando para tener calabazas tienes que preparar la tierra el marzo, sembrarla en abril, hacerla crecer en verano y recogerla a finales de agosto».

Además, se propondrá a algunos de los payeses más veteranos del municipio, como Miquel Cloquell y Pep Ferriol, que han ganado el concurso muchas veces, que tutoricen a los más jóvenes durante la siembra de la hortaliza en la finca municipal. «Son expertos y saben cosas que los jóvenes desconocemos. Nos gustaría implicar diferentes generaciones para establecer una rivalidad sana en el concurso». Además, entre las novedades para la próxima edición, Gelabert plantea también involucrar el sector de la restauración y hacer una muestra gastronómica entre la pesada de la calabaza gigante en octubre y la de la autóctona en noviembre.