Gomila, con el cartel de la primera edición del Waiting for Waits. | Jaume Morey

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Tomeu Gomila (Palma, 1974) tiene vocación de ‘esperador’. Espera a Tom Waits, espera a artistas en el aeropuerto, espera que los teatros de la Part Forana a los que lleva a estos artistas se llenen... y sigue esperando a Waits desde hace más de 20 años. Este paciente melómano creó el ciclo Waiting for Waits, que tuvo en Muro su escenario preferido, en su deseo de traer a Mallorca al californiano, pero en esa espera ha traído a grandísimas figuras de la música independiente, como Bonnie Prince Billy, Andrew Bird, Nick Lowe, Iona Fyfe o Joana Serrat, tanto desde aquel primer festival como en las sucesivas encarnaciones de las Rudy Sessions o Women don’t Wait for Waits. Muro, Alcúdia o Sa Pobla han sido algunos de los escenarios que han acogido a estas joyas musicales en la Isla.

¿Traer a artistas delicatessen frente a un mercado musical fast food tiene algo de quijotesco?
—En mi caso siempre ha sido una promoción musical de espíritu amateur y actitud profesional. Por suerte los que nos dedicamos a estos ciclos tenemos nuestros trabajos aparte que nos dan de comer. Esto es un hobby que nos priva de ahorrar pero que nos da grandes satisfacciones. Cada promoción de un artista al que iríamos a ver a la península o extranjero es un pequeño viaje dentro de nuestra propia Isla y visto con muy buenos ojos por los fieles asistentes, que entienden perfectamente la naturaleza de estas producciones.

Dado el estado del mundo musical, esperar a Waits se ha convertido con el paso de los años en esperar a Godot?
—No puedo negar que copié descaradamente a Samuel Beckett al poner el nombre al festival. Sabíamos perfectamente que Godot/Waits no aparecería jamás, pero también que lo importante era dejar la mejor huella durante el camino. Y menuda huella han dejado todos los artistas que han venido.

Al margen de Tom Waits, ¿de quién se ha quedado con ganas?
—Roddy Frame fue durante mucho tiempo una obsesión. Creo que le vi ofrecer el mejor concierto formato solo acústico que he visto en mi vida. Pero no puedo dejar de pensar en Lucinda Williams. El nombre encubierto del Women don´t Wait for Waits, ciclo heredero del Waiting for Waits, es precisamente Waiting for Williams. Deseo de corazón que se recupere de sus problemas de salud. Tengo muchas ganas de recogerla algún día en el aeropuerto de Palma junto a mi hija, que no en vano se llama Julia Lucinda. Pero habrá que encontrar financiación...

Desde su posición, ¿cual es el estado del mundo musical en Mallorca?
—Puedo hablarte desde el punto de vista de la promoción musical. Falta una sala de referencia, al estilo de la que disfrutáramos tantos años cuando Fonart gestionaba el Teatre de Lloseta. Me preocupa asimismo el auge de macrofestivales, a los que acude en masa gente joven que se olvidan por completo del circuito regular de música en directo el resto del año. Los más jóvenes no acuden a salas de conciertos y sí a festivales. En este sentido opino que los que somos padres debemos intentar ‘adoctrinar’ a los pequeños, y explicarles que la manera de disfrutar la música en directo no es acudiendo a un evento megalómano, sino a pequeños espacios melómanos.

¿Se puede hablar de música sin llegar de una u otra manera al reggeaton?
—No tengo los conocimientos musicales ni sociológicos para dar esa respuesta. Por mi parte solo puedo decirte que mis hijos llegarán a escuchar la música que les dé la gana, pero anteriormente me habré esforzado en que mamen el ‘ABC’ básico. Y sobretodo en que asistan a muchos conciertos.

¿Qué es lo último hecho en Mallorca que ha escuchado que le ha devuelto la esperanza en la música?
—Lo mejor está por llegar. He escuchado unas maquetas de nuevos temas del mejor grupo mallorquín de todos los tiempos, La Búsqueda. Su líder Xisco Albéniz está trabajando dura y artesanalmente en ello. Pero no les veréis en las redes. Él, su increíble voz y sus composiciones están muy por encima de las redes, es el último romántico. Por otro lado estoy muy orgulloso de ejercer de manager de la única banda de la que ejercería de manager: Toni Monserrat Inc., que creo que han editado el mejor disco de Americana jamás parido en Europa: TransAm.