Los cuatro helicópteros aterrizaron en la finca de la Colònia el pasado día 10. Venían procedentes de Eivissa y estaban realizando un tour formativo por el sur de Europa, ya que pertenecen a una escuela de helicópteros suiza. | Cati Amores

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Los cuatro helicópteros que el pasado diez de agosto aterrizaron en una finca rústica de la Colònia de Sant Jordi pertenecen a una escuela de pilotos de helicópteros suiza, con base Basilea, y no se trataba de turistas que estaban realizando una excursión. Mallorca se incluía dentro de su ruta de aprendizaje por Europa. Las quejas vecinales por el ruido propiciaron que la Policía Local se desplazara al lugar de aterrizaje y que, posteriormente, la Guardia Civil realizara las investigaciones oportunas para determinar si se había producido alguna ilegalidad.

El piloto instructor de The Helicopter Centre, ubicado en el aeródromo de Son Bonet, Marc Buades, que tiene contactos en la escuela suiza de helicópteros, explica que los cuatro aparatos contaban con todos los permisos en regla, entre ellos el plan de vuelo autorizado por Enaire. «Todo estaba en regla y el dueño de la finca había autorizado el aterrizaje de los cuatro helicópteros, que procedían de una finca de alquiler vacacional de Eivissa. Es cierto, que la aproximación y aterrizaje de los cuatro aparatos, hasta el apagado de motores, duró unos diez minutos», explica Buades sobre las quejas de algunos vecinos por los ruidos.

Asimismo, puntualiza que los pasajeros no eran turistas que estaban de excursión «sino que se trataba de 12 alumnos e instructores de una escuela de helicópteros suiza, basada en Basilea». La escuela suiza contactó Buades, que asesoró a sus responsables sobre el lugar de aterrizaje y la finca para poder hacerlo con el oportuno plan de vuelo.

El instructor palmesano da más detalles de la operación: «Es una escuela de helicópteros que ha estado realizando un tour por toda Europa con los doce alumnos, de entre 20 y 50 años, para tener horas de vuelo y mayor experiencia. Iniciaron el periplo desde Suiza a Francia, continuaron por Portugal y se dirigieron luego al sur de España. Desde allí se desplazaron a Eivissa y luego a Mallorca. Tras el revuelo vecinal montado, al día siguiente de la llegada se optó por volar a l aeródromo de Son Bonet, desde donde partieron hacia Montpelier para volver a su base en Basilea, tras pasar un día en Palma».

Respecto a la supuesta fiesta que montaron los pasajeros con champán, Marc Buades niega tal extremo: «El hecho de que en la finca haya una vivienda de alquiler turístico propició que se organizara una barbacoa, como así también se hizo en la finca de Eivissa, no fue una fiesta y los alumnos e instructores se alojaron luego en la vivienda de alquiler y en otra próxima a la finca».

Ante las quejas vecinales, la Guardia Civil se desplazó a la finca para hacer averiguaciones, se denunció el hecho ante la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) para depurar responsabilidades, así como a los cuatro pilotos de los helicópteros. El equipo Pegaso, policía especialista en gestión aeronáutica y seguridad operacional de aeronaves, fue el encargado de realizar la investigación a raíz de las denuncias vecinales.

Disculpas

El dueño de la finca, ante el revuelo montado en la Colònia de Sant Jordi, pide disculpas a los vecinos por las molestias que pudo provocarles el ruido del aterrizaje y despegue de los cuatro helicópteros. Afirma que se trató de un «hecho excepcional».