Se han depositado 292 metros cúbicos de posidonia esta temporada.

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Las playas del municipio de Manacor han conseguido atenuar la regresión de su litoral y presentan hoy en día un balance positivo que ha permitido ganar en algunos casos hasta seis metros de línea de costa.

Las actuaciones llevadas a cabo por el Ajuntament tras la municipalización del servicio de playas y la implantación de un nuevo modelo de gestión están devolviendo a las playas su aspecto natural así, en los últimos años han conseguido recuperar mucho volumen y metros de arena, consiguiendo que muchas de ellas pasen de un estado regresivo a cierta estabilidad e incluso, en algunos casos, a tener un crecimiento notable. De hecho se estima que se ha llegado a recuperado entre 50 (las más pequeñas) y 150 m³ (las más grandes) de volumen de arena según la superficie de cada playa.


Uno de los principales motivos que han propiciado este balance ha sido la deposición de posidonia. Este hecho contribuye notablemente a la protección de las playas frente temporales, pero también favorecen la retención y deposición de sedimentos, hecho que permite la regeneración natural de las playas. La realización de la gestión de esta planta acuática se realiza de forma estructurada en diferentes etapas y de forma individualizada según las características de cada una de las playas puesto que cada una de ellas requiere de unas necesidades y tiene sus propias peculiaridades (orientación, anchura, tipología, protección frente los temporales, etc.).

«Antes se consideraba a la posidinia como suciedad. El cambio de perspectiva social ha hecho que se la vea ahora como lo que es, un elemento natural que debe ser conservado para regenerar nuestras playas», explica el regidor de Medi Ambient del Ajuntament, Sebastià Llodrà. «Estamos muy satisfechos con el cambio de gestión realizado y los resultados en estos años de implementación», matiza.

El problema de las lluvias

Las playas de s’Illot y Porto Cristo presentan una problemática importante con las pluviales, puesto que la escorrentía superficial producida por las lluvias acaba arrastrando la arena de la playa formando grietas y provocando una pérdida importante de ella. Otras calas del municipio, están encajadas en torrenteras, y por tanto, las tormentas y fuertes lluvias también afectan a su configuración y estabilidad, un contratiempo a tener en cuenta para definir las estrategias para la recuperación del litoral.