Pese a la larga tramitación burocrática que se ha tenido que llevar a cabo para poder recuperar el edificio de Can Gual, este se convertirá en un gran centro de servicios para Bunyola, además con un planta superior que podría acoger un bar y un restaurante.

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El edificio de Can Gual está empezando a tomar forma como futuro centro de servios para Bunyola tras años convertido en una ‘mole’ medio abandonada. Las obras de la primera fase de la reforma están a pleno rendimiento y, según las previsiones del Ajuntament, estarán terminadas el próximo mes de octubre. En ellas se contempla la apertura central, en forma de patio interior, con la intención de facilitar la iluminación natural del edificio.

Además, en esta primera fase también está previsto terminar la superficie de la terraza, así como la estructura ubicada en esta planta superior que podría «acoger una zona de bar y restaurante, a la vez que la terrazas se convertirá en el segundo gran espacio de ocio ciudadano del pueblo junto a la plaza de la iglesia», explican desde el propio Ajuntament. Una adecuación importante será también a partir de octubre ya se podrán utilizar las 80 plazas de aparcamiento de Can Gual, lo que supondrá una importante descongestión del estacionamiento.

Cabe señalar que el inicio de las obras de Can Gual no ha resultado nada fácil para el Ajuntament de Bunyola que, en 2013, recuperó la propiedad del edificio por valor de 95.000 euros. La empresa constructora dejó la estructura inacabada seis años antes deteriorando la imagen de la localidad con un edificio de estas características abandonado.

En 2015 ya con Andreu Bujosa como alcalde se iniciaron las gestiones con el Consell de Mallorca para obtener los permisos para su recuperación, una tramitación más larga de lo deseado ya que la superficie construida superaba los límites legales. No fue hasta 2018 cuando el Consell dio la autorización al Ajuntament para poner en marcha el proyecto de recuperación. Pese a la puesta en marcha del proyecto, el Ajuntament ha tenido que licitar hasta en tres ocasiones -con el consecuente incremento del precio- para que una empresa se hiciera cargo del mismo.

«Fue al tercer intento en que se hizo un negociado sin publicidad cuando se pudieron adjudicar las obras que se vienen desarrollando desde hace cuatro meses», señalan desde el Ajuntament. Una vez completada esta primera fase, el nuevo equipo municipal podrá iniciar la tramitación para adjudicar la segunda fase que consistiría en establecer la separación y de los acabados interiores, además de la instalación de infraestructuras como los ascensores para acceder a las diferentes plantas. Al fin Can Gual cobrará vida.