El edificio de Can Gual afronta la recta final para convertirse en espacio público | P. AGUILO

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Bunyola encara la recta final de la reconversión de uno de los puntos negros de la localidad que se sitúa en las faldas de la Serra de Tramuntana. Can Gual ha visto la luz del final del túnel tras 20 años de abandono de un edificio que tenía que suponer un paso al frente del municipio y, al final, se acabó convirtiendo en un ‘punto muerto’ que urgía de una valoración urbanística para darle uso. En un inicio, destinado al aparcamiento de coches, la falta de atractivo para los inversores terminó derivando en el desuso.

En ello está el Ajuntament de Bnunyola, que a falta de inversores que pudieran ocupar la edificación, decidieron darle utilidad municipal con reforma incluida. Tras 1,1 millones de euros invertidos, desde el Consistorio aseguraran que «era uno de los objetivos en esta legislatura», confirma el regidor de Hacienda, Miquel Pascual.

El proyecto de la rehabilitación contempla la posibilidad de incluir un nuevo Centre de Salut para los habitantes de Bunyola. También se valora la opción de licitar con la UIB y la Conselleria de Medi Ambient para que el edificio incluye un observatorio medio ambiental.

El edificio ha sufrido diferentes modificaciones para poder adaptarse a las necesidades que puede cubrir el Ajuntament. El gran coste de mantenimiento que genera el edificio hacía imposible su subsistencia como espacio público. Por ello, han reducido un 20 % la superfície total para adecuarlo al presupuesto. En la primera fase de la reforma se modificó el tejado para acondicionarlo de manera moderna. Además, se creó un patio interior para dotarlo de luz natural.