Distintas imágenes del proceso realizado.

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Hace unos años la algarroba se puso muy de moda en Mallorca, su demanda creció como la espuma y el mercado fue incapaz de abastecer esas cantidades. Ante tal situación el agricultor Amador Antich Matas decidió aprovechar las ayudas que daba el Fons de Garantia Agrària i Pesquera de les Illes Balears en 2020 y presentó un plan piloto para innovar en el campo del algarrobo. El objetivo de este proyecto era establecer qué método de reproducción asexual (injerto, estaquillado y cultivo in vitro) eran los más viables.

El principal problema del algarrobo es que es necesario injertarlo para que produzca frutos y además tiene una entrada en producción tardía. De esta forma Antich Matas, juntamente con otros agricultores, emprendieron esta tarea durante dos años para investigar algún método que favoreciera la entrada rápida de producción. «No hemos conseguido los resultados que queríamos sobre el cultivo in vitro y el estaquillado, pero se ha abierto un camino en esta técnica que antes no teníamos», explica el ingeniero Agrónomo Sebastià Andreu Miró, que ha coordinado las tareas y ha elaborado los informes del proyecto.

Uno de los grandes problemas del cultivo in vitro es su alto coste. Por ese motivo, el experto en este ámbito indica que «si alguien apuesta y financia este método se conseguiría llegar al fondo de la cuestión». También destaca que finalmente «el injerto ha sido la técnica de reproducción asexual del algarrobo más viable y económica, ya que ha obtenido una tasa de éxito del 60 %». Para lograr los resultados mencionados, el equipo de agricultores ha injertado 2.500 algarrobos de los cuales 1.000 procedían de semillas de garrofín local cedidas por la fábrica CAROB SA, mientras que el grupo PLANTMED de la UIB, con el que han colaborado, ha realizado más de 500 estaquillas y más de 1.000 explantos de cultivo in vitro. Durante el proyecto se han estudiado las variedades de algarrobo de Bugadera, Duraió, Bouçana, Santa Maria, Rojal y Font garrover que provienen de los bancos de germoplasma de Sa Canova y Son Real.