La finca de Mainou, donde se proyecta un parque fotovoltaico de 608.000 metros cuadrados. | Lola Olmo

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El boom del negocio de la energía solar ha llegado a la comarca del Raiguer con proyectos de parques fotovoltaicos de grandes dimensiones que ocuparán en total más de 112 hectáreas de terrenos agrícolas.

En Consell, se ha solicitado a la Conselleria deTransició Energètica la construcción de un parque fotovoltaico de 60,8 hectáreas - lo que equivale a 85,5 quarterades - en la finca de Mainou. Se trata de una extensión de 608.000 metros cuadrados alrededor de las cases de possessió, en la parte que linda con el Camí des Raiguer, y que serán ocupados con 87.696 paneles solares de 570 Wp cada uno. El proyecto Shamsh 1 Energy generaría una potencia total de pico de 49,99 MWp y una potencia instalada de 48,12 MW.

La Conselleria publicó la solicitud de declaración de este parque fotovoltaico como proyecto industrial estratégico por parte de sus promotores en el BOIB del 31 de diciembre. La Associació Amics de la Vall de Coanegra ya ha presentado alegaciones, al considerar que el parque de Mainou «provocará un desequilibrio medioambiental, al consumir una gran cantidad de terreno agrícola fértil que quedará inutilizado; y aumentará la amenaza sobre la suficiencia alimentaria de las generaciones futuras».

Proyecto estratégico

Por otra parte, el Govern declaró el lunes el proyecto del parque fotovoltaico Fenix Energy de interés estratégico. Este proyecto prevé la instalación de 74.520 paneles solares en unos terrenos rústicos entre Selva e Inca y una ocupación de 52 hectáreas de terreno, lo que equivale a seis campos de fútbol. Además de las más de 70.000 placas, el proyecto Fenix Energy también contempla la construcción de nueve centros de transformación, una subestación, un sistema de baterías de almacenaje, un edificio de control y otro edificio de 200 metros cuadrados para la operación y el mantenimiento del parque.

En secreto

Aunque la autorización de este mega proyecto se aprobó el pasado lunes, ni el portavoz del Ejecutivo, Iago Negueruela, ni el mismo Govern hicieron público el acuerdo como así sucede con otras cuestiones. La voz de alarma saltó ayer después de su publicación en el Butlletí Oficial de les Illes Balears. Tanto el grupo Terraferida como voces particulares criticaron el proyecto y los ecologistas indicaron que «estas 52 hectáreas de Inca y Selva son de las mejor conservadas del Raiguer. Han producido alimentos, servicios y biodiversidad a lo largo de los siglos» y añaden que «el Govern considera estratégica y subvencionable su conversión en una central fotovoltaica». Desde Terraferdia opinan que «esto no es transición. Es un desastre».